No se detalla exactamente el origen de los ataques, pero la nota de la embajada hondureña asegura que la agresión provino de helicópteros y aviones e incluso de tropas en tierra. También se confirmó que el ambiente en la embajada de Brasil en Honduras se tornó raro y causó náuseas a algunas de las personas que permanecen en el interior del recinto, ubicado en Tegucigalpa.
De acuerdo con informes de la resistencia hondureña, el presunto ataque ocurrió la mañana de este viernes, pero no se precisó una hora exacta. Aparentemente los afectados sospecharon del ataque químico cuando comenzaron a sentir efectos físicos, como mareos, náuseas y un ambiente pesado. En Honduras, el gobierno de facto y la policía desmintieron el ataque con gases contra la embajada brasileña.
La presión sicológica fue confirmada por televisoras internacionales que transmitieron imágenes de soldados que desfilaban y golpeaban la noche del jueves sus escudos de protección frente a la embajada brasileña. De acuerdo con las versiones, el gobierno de facto emprendió el hostigamiento sónico contra la embajada cuando confirmó la presencia de Zelaya en el interior del recinto diplomático en Tegucigalpa.
El gobierno de Brasil solicitó recientemente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas protección para su sede diplomática en Tegucigalpa y negó estar implicado en el retorno subrepticio del depuesto presidente Manuel Zelaya a su país.
En tanto, sigue siendo incierta la posibilidad de que una delegación de cancilleres de la Organización de los Estados Americanos (OEA), encabezada por su secretario general, el chileno José Miguel Insulza, viaje a Honduras para mediar a favor de una solución a la crisis política en ese país. Tampoco se concreta el viaje a Tegucigalpa del ex mandatario estadounidense Jimmy Carter y del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, mediador oficial y autor de una propuesta de solución a la crisis creada por el golpe militar del pasado 28 de junio.