(Aeronoticias) Un huracán antisemita fue vencido en España ante la presentación del afamado artista internacional Matthew Paul Miller –Matisyahu-, norteamericano de origen judío.
Matisyahu, es uno de los más destacados exponentes de la música reggae-hip hop y beatbox, nominado incluso al premio Grammy en el género de mejor disco de reggae en el año 2007.
Fue invitado a la vigésimo segunda edición del Rototom Sunsplash, un festival de reggae que nació en Italia y que hoy se realiza en Bennicàsim en España, distinguido por la Unesco como un Acontecimiento Emblemático del Decenio Internacional para una Cultura de Paz y No Violencia, por su temática de paz, respeto al medio ambiente, no-violencia y rechazo al racismo.
Por el hecho de ser judío, BDS País Valencià, una institución radical pro palestina protestó e influyó ante los organizadores del Rototom para que Matisyahu firmara una declaración “contra la guerra y sobre el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado”. Ante el silencio del artista le cancelaron la invitación. A ningún otro cantante le habían exigido tal requisito.
Matisyahu dijo que era “espantoso y ofensivo” que le intentaran coaccionar para hacer declaraciones políticas.
Esa discriminación motivó las protestas de las embajadas de Estados Unidos, Israel, el Gobierno español, el Gobierno de Valencia, el Congreso Judío Mundial y diversas organizaciones políticas. Incluso un eurodiputado señaló que denunciaría el caso ante la Comisión Europea y el Intergrupo sobre antisemitismo, como apuntó el diario El País.
El festival dio marcha atrás, pidió disculpas al cantante y lo volvió a invitar: «El Rototom reconoce su equivocación, fruto del boicot y de la campaña de presiones, amenazas y coacciones promovidas por BDS País Valencià al considerar que podían alterar gravemente el normal funcionamiento del festival, lo que impidió gestionar la situación con lucidez».
Finalmente, Matisyahu -que previamente había escrito en su Facebook: “la música gana, la libertad de expresión gana. Siempre he creído en el poder de la música para unir a las personas a pesar de la religión, la política o la geografía”- cantó ante veinte mil personas, recibiendo una gran ovación, no faltando los abucheos de una minoría que portaba banderas palestinas. Dando clase de profesionalismo y educación, pronunció la palabra “paz” al interpretar sus canciones más famosas e instar al público: «Gracias por venir juntos para disfrutar de la música… Vuestros corazones son vuestras banderas. Los que tengáis el corazón por bandera, alzad vuestras manos”.
Su canto fue un triunfo de la libertad, un ¡NO a la discriminación! Y un ¡NO al antijudaísmo! En ningún país que se denomine civilizado puede permitir esas horrorosas discriminaciones y exclusiones por razones políticas, etnia, religión o cultura.
