(Aeronoticias) La noticia, impactante e imbatible, apareció en RPP: Schengen: 90 mil colombianos viajaron a Europa tras eliminación de visado rpp.pe/…/schengen-90-mil-colombianos-viajaron-a-europa-tras… , lo que simplemente quería decir que entre el 3 de diciembre 2015 y 23 de febrero del 2016, esas decenas de miles de ciudadanos del norte pudieron ir al Viejo Mundo. ¿Y cómo andamos por casa?: ¡puro cuentos, excusas, falta de información, en castellano peruano mondo y lirondo, la gran mecida!
Hasta hoy no aparece en público la pésima canciller Ana María Sánchez para anunciar si la CE va a eximirnos de la visa Schengen o no y apenas ha balbuceado el embajador Carlos Polo Castañeda que, de repente, el supuesto convenio ya no se firmaría en marzo sino después. ¿Cuándo?, no hay fecha, ni asomo, no hay certeza y día que pasa, día que arribamos a la conclusión que el tema se va volviendo ultra-difícil.
Si el pasaporte electrónico EN DICIEMBRE 2015 fue el requisito que puso la CE para abolir la Schengen y no se cumplió, ¿por causa de qué se continuaron los tratos con el consorcio Gemalto-Imprimerie Nationale en Migraciones y Cancillería?
Este no es un asunto simple. Se ha comprometido dinero de los ciudadanos por el orden de S/ 190 millones de soles y resulta que como Perú exhibió irresponsabilidad vergonzosa, los pasaportes electrónicos devienen virtualmente inútiles porque no hay exención de visa Schengen. Además en las 400 mil unidades de Relaciones Exteriores hay un sobrecosto de S/ 54 millones de soles y hasta hoy nadie sale a refutar esta aserción directa.
Mientras que 90 mil colombianos disfrutan del no tener que pagar por la visa Schengen para los países de la Comunidad Europea, ¡ni un solo peruano ha podido gozar de ese privilegio migratorio!
Los dos principales responsables, tal como puede leerse en la ya larga relación de artículos sobre este enojoso acápite de nuestra vida nacional, Boris Potozén de la Superintendencia de Migraciones y José Luis Guadalupe Pérez, ministro del Interior, han ensayado una cortina de humo con mucha difusión mediática y sólo hablan de la emisión del documento pero evitan referirse al motivo principal que dio vida al pasaporte electrónico: la exención de la visa Schengen. ¿No es una forma de timar y estafar la buena fe de los peruanos?
¿Y con qué propósito están haciendo este control de daños?
Aparentemente se trata de ganar tiempo y aprovechar que, una vez iniciados los fuegos intensos hacia la primera vuelta electoral, el interés sobre el tremendo fracaso del e-pasaporte, decaiga y se olvide. ¿No creen los culpables que debieran ser menos patanes y entender que el periodismo genuino no cejará en la denuncia hoy o con el nuevo Congreso y gobierno?
Por lo pronto hay una denuncia en la Fiscalía Anti-corrupción a la que ya han tenido que dar sus testimonios los de Migraciones; otra en la Contraloría; otras en las Comisiones de Relaciones Exteriores y Presupuesto del Congreso saliente y que reinicia sus actividades el 1 de marzo.
Las vivezas de salirse del control de las herramientas del Estado en sus compras para apelar a organizaciones internacionales, como suele ocurrir con frecuencia, pretende eliminar los controles de fiscalías, contralorías, jueces y leyes nacionales, entonces se producen movimientos extraños, sobreprecios inexplicables, compras dobles y productos malos. ¡Qué importa el usuario o el público! ¡Aquí la gran mecida es fin único de toda iniquidad!
Es pertinente recordar que hay un monopolio tanto en Migraciones como en Cancillería para el pasaporte electrónico y que es detentado por el consorcio francés Gemalto-Imprimerie Nationale que NO CUMPLIO con la emisión del e-pasaporte en diciembre. ¿Quién o quiénes permitieron que esto se ratificara con pleno conocimiento de la falla atroz que traía abajo todo el negocio? En efecto, si no se emitía el e-pasaporte en diciembre 2015, se corría -como hoy- el peligro de no obtener la ventaja otorgada por la CE.
La más dramática comparación es aquella que se refiere a que 90 mil colombianos ya fueron a Europa libres de visa y aquí en Perú ¡ni uno!
¡A la cárcel todo Cristo!