(Aeronoticias) “El avión eléctrico de dos plazas ya vuela y el de nueve lo hará el año que viene”. Pero la aerolínea easyJet ya mira más allá: hacia el avión comercial con capacidad para al menos 180 pasajeros.
La low cost británica ya trabaja, de hecho, con Wright Electric en el aparato eléctrico de nueve plazas que esperan poner en funcionamiento el próximo año. Consideran que “la transición hacia un avión de pasajeros comercial completamente eléctrico capaz de transportar pasajeros a través de la red de easyJet en el Reino Unido y Europa está a punto de llegar”.
Y fijan el año 2030 como el de despegue para saltar de uno de 50 plazas a la capacidad de uno de sus aparatos estándar. “Los avances tecnológicos de los vuelos eléctricos son realmente esperanzadores y se están desenrollando rápidamente”, ha afirmado el consejero delegado de easyJet, Johan Lundgren. “El ahorro de costes en energía sería del 30%”, según Lundgren, y contaminarían un 50% menos.
De momento, la capacidad de los motores eléctricos limita la viabilidad de operaciones a rutas de una distancia máxima de 500 kilómetros. Por ello, easyJet centra el tiro y anuncia ya que los vuelos entre Ámsterdam y Londres serán probablemente los primeros que opere con estos motores no contaminantes.
Esta es la segunda ruta más transitada a nivel europeo, y si se convirtiera en la primera ruta eléctrica “podría reducir a la vez significativamente el ruido y las emisiones de carbono”, aseguran los socios de este proyecto. De hecho, sólo easyJet realiza 22 vuelos diarios entre ambos destinos, lo que supone que esta ruta concentra el 34% de su capacidad total.
La aerolínea dibuja un futuro próximo con múltiples vuelos de aviones eléctricos al día ,que asegura, tendrán un impacto positivo inmediato tanto en las emisiones de carbono como en los niveles de ruido. “Ahora podemos prever un futuro en el que no sea exclusivamente necesario el combustible”, ha dicho Lundgren. De Ámsterdam a Londres vuelan con easyJet una media de 1,8 millones de pasajeros al año, que pronto podrían volar en un avión completamente limpio.
Fuente: Silvia Fernández – El Mundo