(Aeronoticias).- Cuando el viento viaja a 10 nudos, para las operaciones aéreas significa un día calmado. Cuando se eleva hasta 15 nudos, el asunto es problemático. Como lo ocurrido en el aeropuerto Mariscal Sucre, en Quito.
Los pasajeros que intentaban salir o ingresar de la terminal a través de sus vuelos se vieron frustrados por los vientos de verano que peligraban tal operación. Desde las 11:00 de la mañana -hora de Quito-, los vuelos nacionales e internacionales quedaron en suspensión por las ráfagas, productoras de turbulencias,
Incluso luego de que la fuerza ventosa amainara a las 4:00 de la tarde, permitiendo el aterrizaje y despegue de las aeronaves, los vuelos continuaban retrasados.
Con información de El Comercio. Con la fotografía de Patricio Terán.
