(Aeronoticias).- Uno de cada diez trabajadores dedicados al control aéreo en Estados Unidos han sido dados de descanso luego de que la nación norteamericana sufriera el fenómeno llamado «secuestro fiscal».
Se conoce como secuestro fiscal a la falta de acuerdo entre el Congreso -sin súpermayoría, es decir, sin un grupo de congresistas o senadores capaces de tomar decisiones sin el otro partido- y la Casa Blanca, que afecta a las finanzas de Estados Unidos y que repercutirá en salarios de burócratas de todo nivel. Desde el médico del hospital de Estado hasta el Presidente Obama.
Y es que los demócratas y los republicanos tienen divisiones respecto a incrementar/reducir el gasto fiscal. Para los primeros, mejor es el déficit -endeudamiento del Estado- antes que los recortes. Para los republicanos, los recortes antes que el déficit.
Pero ahora, 1’500 controladores aéreos han dejado a sus compañeros, quienes les necesitarán para guiar el despegue y aterrizaje de 23 mil aviones diarios. Un cóctel de problemas climáticos, una temporada de alta demanda y la ausencia de trabajadores retrasó vuelos por toda la costa Atlántica de Estados Unidos.
«Los controladores están sobrecargados de trabajo. Bajo las actuales circunstancias tienen que poner más atención y el desgaste a nivel humano es mayor», declaró Héctor Rotundo, analista de la industria de la aviación.
Con información de la BBC.