(Aeronoticias).- El accidente de los dos paracaidistas, uno de ellos muerto, ocurrido en Nueva York a fin de julio sucedió por un torbellino que afectó el trayecto de los paracaídas, lanzando a sus ocupantes a una caída libre.
Según el Director Nacional de la Asociación de Paracaídas de EEUU, Richard Winstock, el torbellino habría golpeado a los paracaidistas entre 22 y 45 metros de altura, distancia en la que los dos hombres comenzaron a caer inadecuadamente.
Las entrevistas realizadas por Winstock a los testigos, de acuerdo con lo declarado por el Director Nacional, refieren que el instructor evitó estar al alcance del torbellino. Él sobrevivió y fue trasladado con heridas graves al Centro Médico de la Universidad Stony Brook.
Winstock reiteró que, al parecer, el instructor no se habría equivocado o que el equipo estuviese defectuoso.
Con información de Riverhead News Review.