Las empresas estadounidenses continuaron recortando en julio sus plantilla, pero a un ritmo menor que en meses anteriores, eliminado 247.000 puestos de trabajo, la menor cantidad en un año, por lo que el desempleo bajó al 9,4%.
La cifra fue mejor que la pronosticada por los economistas y es un indicio de que la recesión parece haber llegado finalmente a su fin. Los precios de las acciones subieron al conocerse el informe. En las primeras transacciones de la tarde, el índice industrial Dow Jones aumentó 175 puntos, 1,9%.
Las estadísticas, difundidas el viernes por el Departamento de Trabajo, ofrecieron otra noticia alentadora: las empresas aumentaron las horas laborales tras caer a una cifra récord en junio, y los salarios crecieron tras haber retrocedido o permanecer sin variación. Empero, el informe indica que el mercado laboral se encuentra en una situación de debilidad. Con todo, las nuevas cifras fueron mejores que las pronosticadas por muchos analistas y ofrecieron un ansiado respiro a una parte de la economía muy baqueteada por la recesión.
Los analistas habían pronosticado unos recortes de plantilla de 320.000 empleados y un índice de desempleo del 9,6%. El retroceso del desempleo frente al 9,5% en junio fue el primero desde abril del 2008. Empero, una de las razones del retroceso fue que centenares de miles de personas abandonaron la fuerza laboral. Con todo, menos personas dijeron haber quedado desempleadas.
En total, 14,5 millones de personas se encontraban sin trabajo en junio. Si las personas que han cesado de buscar un empleo nuevo o las que se han conformado con trabajar a tiempo parcial con incluidas, el índice del desempleo habría descendido en julio al 16,3%, de 16,5% en junio, el más elevado desde 1994.
Desde que comenzó la recesión en diciembre del 2007, la economía ha perdido en total 6,7 millones de empleos.
