(Aeronoticias) Es muy lamentable que el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, se vea en el ojo de la tormenta otra vez. De acuerdo, al reportaje del programa de investigación Panorama difundido el pasado domingo 02 de Abril de 2017, se puso en evidencia ante la opinión pública la conducta de la embajadora del Perú ante el Paraguay, Rosas Ponce de León, quien habría sido sindicada por ex trabajadores por maltrato laboral y discriminación racial.
Sin embargo, llama poderosamente la atención, el hecho de que el Ministerio de Relaciones Exteriores haya dejado sin efecto el nombramiento de la referida embajadora con fecha 09 de febrero de 2017 y el reportaje de Panorama haya salido el 02 de Abril. ¿Qué paso aquí? ¿No será a acaso el temor que estos hechos salgan a la luz para no poner en evidencia conductas de ciertos funcionarios de Estado que en lugar de representar los intereses de todos los peruanos y peruanas se dan la gran vida, alquilando residencias de lujos tal como se ha podido apreciar en el reportaje?.
En efecto, mediante Resolución Suprema Nº 044-2017 de fecha 09 de febrero de 2017 (http://diariooficial.elperuano.pe/normas), se dio por concluida la labor de la embajadora del Perú, no se aprecia del contenido de la citada norma, las razones por cuales se la cesa. Sin embargo, en el sitio web de la propia cancillería aun parece como embajadora de Paraguay. (http://www.rree.gob.pe/SitePages/embajadas.aspx)
Posteriormente, sale una nueva Resolución Suprema 059-2017, de fecha 14 de febrero de 2017, en la que se designa a la citada diplomática ésta vez, ya no como embajadora plenipotenciaria sino como Cónsul General del Perú en Toronto-Canadá y, que la fecha en que deberá asumir sus funciones será fijada por Resolución Viceministerial. ¿http://www.elperuano.com.pe/NormasElperuano/2017/02/17/1487029-4/1487029-4.htm?.
Ahora bien, sí existe una correlación de hechos que estarían comportando una presunta violación a los derechos humanos contra la citada diplomática por “maltrato y discriminación”, sin duda éstos deberán ser investigados a efectos de evidenciar o no una responsabilidad administrativa, funcional y penal en la que hubiere incurrido la mencionada diplomática.
Habría que recordar que la discriminación es una violación a los derechos humanos y comporta la tipificación de un delito sancionado por el código penal peruano. Una persona denunciada o sometida a una investigación se le garantiza el derecho de la presunción de inocencia, pero tampoco debemos incurrir con adopción de decisiones institucionales que pretendan desnaturalizar este derecho fundamental. ¿A que me refiero? Al hecho mismo de la situación.
Si la diplomática fue cesada en sus funciones el 09 de febrero de 2017, y estando inmersa en el correlato de los hechos en su contra que se hizo público el 02 de abril, lo más prudente y sano hubiere sido que, primero se esclarezca dentro de las investigaciones la veracidad de los hechos, con las garantías de un debido proceso y, una vez concluido y atendiendo a los resultados de la misma, se procede a adoptar una próxima decisión institucional.
El haberla designado como Cónsul General a Toronto repito por el correlato de los hechos, daría la impresión que al Ministerio de Relaciones Exteriores ¿ó no le importa nada y le resta validez a los hechos ó está premiando a la diplomática?.
Esta percepción conduciría a que la indignación ciudadana vaya en aumento y, por consiguiente, el Ministro de Relaciones Exteriores conjuntamente con sus funcionarios tendría que esclarecer este caso delicado sobre todo porque estamos ante una presunta violación de derechos humanos por el tema de la discriminación racial. ¿O su silencio los convierte en cómplice de esta situación o sale un comunicado a la opinión pública sobre las acciones que se han adoptado al respecto?.
La cancillería del Perú tendría que emitir un comunicado de prensa sobre el particular, pues sepan que el tema no se quedó en vuestra casa, se hizo público y por ello, correspondería al Ministro o a sus altos funcionarios satisfacerla de la misma manera, de lo contrario, sería un acto de indiferencia hacia el respeto por los derechos humanos y a la propia imagen del servicio diplomático.
La designación a Toronto dentro del contexto aludido, resultaría ofensivo para los peruanos y peruanas. Si bien es un caso particular, pero por la naturaleza de los hechos afecta sin duda su propia institucionalidad y credibilidad y, coloca al servicio diplomático en una verdadera encrucijada y objeto de crítica no muy felices ante la opinión pública.
Asimismo, un craso error del Ministerio de Relaciones Exteriores, y resulta que del propio contenido de la Resolución 059-2017, entre sus considerandos dice “que la atención y la protección de las comunidades peruanas en el exterior constituye una de las prioridades en la política exterior” este considerando se ha colocado para justificar la designación de la Embajadora Rosas Ponce de León como cónsul general en Toronto.
Me pregunto ¿Es una burla? ¿Osea la cancillería estaría enviando a una diplomática sindicada por maltratos y discriminación, para que se ocupe de la proteccion de la comunidad peruana en el exterior?. Así se hubiere cancelado la decisión de enviarla a Toronto, lo cierto es que, este acto denota una deficiencia institucional. Los considerandos de una resolución o norma tienen que guardar una coherencia y sentido lógico con la parte resolutiva de la misma. Por eso me vuelvo a preguntar ¿es una burla? ¿A quien o quienes a los peruanos que han denunciado los hechos, al Perú?.
De acuerdo, con el reportaje de Panorama, las declaraciones vertidas por la cuestionada diplomática, no fueron contundentes, no se observó firmeza en su defensa, eso es preocupante porque enloda al servicio diplomático ¿podemos deducir entonces que son ciertas las afirmaciones de los peruanos que la denunciaron?
Otro aspecto es que, la citada diplomática esta vinculada con la gestión del ex presidente Ollanta Humala y Nadime Heredia; sobre este punto y atendiendo al contexto político actual, a la sensibilidad ciudadana y a su propia percepción, considero que el Ministerio de Relaciones Exteriores, debería guarda la prudencia del caso.
El Servicio diplomático esta al servicio del país, son conductores de la política exterior peruana, representan en cada país nuestros intereses, cultura, necesidades, aspiraciones como patria, nación, pueblo y estado.
Los peruanos y peruanas no nos merecemos bajo ningún contexto, diplomáticos que no se identifiquen con su patria, color, raza y toda la diversidad cultural que nos caracteriza.
Los diplomáticos, son personas, no dioses ni altezas para constantes pleitesías, el mejor reconocimiento a su labor es la valoración y el aprecio de los peruanos y peruanas.