Investigaciones del gobierno norteamericano concluyeron que el derribamiento de un pequeño hidroavión de religiosos y la muerte de dos de sus ocupantes, de la misma nacionalidad, ocurrido hace 9 años sobre la selva peruana, fue el resultado de una cadena de errores en los que se juntaron la confusión de un equipo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que creyó que se trataba de una aeronave de narcotraficantes y el pedido que hizo dicho equipo a la Fuerza Aérea Peruana (FAP) para que haga fuego, cumpliendo un acuerdo bilateral.
Además, precisaron las investigaciones mencionadas, la tragedia se precipitó porque los pilotos, tanto del avión derribado como el de la FAP utilizaron diferentes frecuencias radiales para comunicarse, sin lograrlo, aparte de la diferencia de idiomas.
Además, precisaron las investigaciones mencionadas, la tragedia se precipitó porque los pilotos, tanto del avión derribado como el de la FAP utilizaron diferentes frecuencias radiales para comunicarse, sin lograrlo, aparte de la diferencia de idiomas.
Los hechos sucedieron el 20 de Abril del 2001 cuando el hidroavión de los religiosos norteamericanos, que procedían del Brasil, se dirigían la ciudad amazónica peruana de Iquitos y fue interceptado por pilotos de la CIA y de la FAP en cumplimiento de un acuerdo internacional para combatir el narco tráfico, con los luctuosos resultados de 2 de los cinco ocupantes fallecidos (una mujer y un bebe). El resto de los viajeros sobrevivieron tras un acuatizaje forzoso en el río Pebas, cerca de Iquitos.