Fuerzas de seguridad del Gobierno de facto de Honduras desalojaron el miércoles de una oficina pública a decenas de campesinos seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya, cumpliendo un polémico decreto que ha sido criticado dentro y fuera del país. Policías entraron armados al Instituto Nacional Agrario para desalojar a 57 campesinos que permanecían desde días después del 28 de junio, cuando Zelaya fue expulsado del país a punta de rifle y quien se encuentra refugiado dentro de la embajada brasileña en Tegucigalpa desde la semana pasada.
«Fueron desalojados 57. Esta acción es parte de lo que es el decreto, desalojar las instituciones tomadas. Esto es la primera, estamos viendo si hay más instituciones tomadas», dijo a periodistas Orlando Cerrato, un policía antimotín a las afueras del instituto. Los campesinos no se resistieron al desalojo.
Aeronoticias resalta además que el mandatario de facto, Roberto Micheletti, suspendió el domingo por decreto la libertad de asociación y movimiento -algo que sirvió a las autoridades para abortar las marchas de protestas contra el Gobierno de facto- y también la libertad de prensa, lo que les permitió allanar y cerrar a dos medios pro Zelaya. El decreto de Micheletti, declarando una suerte de estado de sitio, ha sido rechazado por la comunidad internacional y hasta por algunos sectores que apoyaron el golpe de Estado contra Zelaya.
«Nosotros sólo queremos cosechar nuestro maíz, hablan de democracia pero no la respetan. Llegaron con armas como si fuéramos delincuentes. Nosotros sólo estamos en contra del golpe», dijo Edmundo Flores, uno de los campesinos desalojados.