Ryanair abre una guerra de precios en el sector para llenar sus aviones este verano. La aerolínea ha asegurado que está más que dispuesta a bajar un 50% los billetes y operar con pérdidas durante el próximo año para animar la demanda en Reino Unido y el resto de Europa.
“Volveremos a bajar los precios para que la gente se mueva nuevamente. Una vez que comencemos a volar en julio, venderemos a cualquier precio para llenar tantas plazas como podamos”, asegura el consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary en una entrevista con el diario británico ThisisMoney.co.uk.
El primer espada del grupo aéreo ha dado varias entrevistas en las que ha adelantado una oferta comercial muy agresiva para reactivar el mercado y una “guerra de tarifas de desgaste” que asegura que va a ganar. No en vano, pese a estimar que “los precios artificialmente bajos” podrían afectar a sus ganancias de los próximos dos años, señala que tiene una estructura de costes baja y una caja de 4.000 millones que le permitirá hacer frente a los números rojos mientras que otras compañías corren el riesgo de quebrar acelerando la consolidación del sector en Europa.
“Preferimos vender barato, y si tenemos que perder dinero durante los próximos 12 meses, intentemos perder la menor cantidad de dinero tratando de vender tantos asientos como podamos. Las ganancias sufrirán un año o dos y eso es lo que nuestros accionistas deberían esperar”, señala el consejero delegado del grupo.
En este punto, Ryanair ya a anunciado ofertas para los meses de julio y agosto coincidiendo con su vuelta a la actividad ya que la semana pasada la aerolínea sólo había logrado vender el 30% de las plazas ofertadas en julio, que apenas serán un 40% de los que tenía previsto operar antes de la pandemia. Aun así, señala que se ha visto un fuerte repunte de las reservas en Reino Unido tras los planes de reapertura de las fronteras anunciados en España, Italia, Grecia y Portugal. “Tendremos suerte de transportar cinco millones de pasajeros este julio y la tarifa promedio será de 25 a 30 euros”, señala O’Leary. El año pasado por estas fechas la tarifa media era de entre 60 y 70 euros.
La firma explica que lo normal a estas alturas es tener vendido el 60% de la capacidad. Ante la debilidad del la demanda, la compañía rebajó a mediados de mayo por segunda vez su objetivo anual de pasajeros a los 80 millones (en abril esperaba cerrar el ejercicio con 100 millones de viajeros) y duplicó las pérdidas esperadas hasta los 200 millones.
Las política de descuentos para estimular la demanda puesta en marcha por Ryanair ejerce presión sobre sus directos competidores, como Virgin Atlantic, easyJet o British Airways, y busca ganar cuota de mercado en un momento en el que muchas compañías no están reactivando gran parte de sus rutas. Por ejemplo, la compañía de Richard Branson ha retrasado a agosto sus planes para volver a los cielos.
Para ganar la guerra de precios sin perder miles de millones de euros (asegura que serán unos cientos y que si llena los aviones se limitará) la aerolínea irlandesa confía en reducir sustancialmente sus costes operativos. Por ejemplo, ya está negociando con todos los aeropuertos del Reino Unido para obtener descuentos o incentivos por crecer.
Las aerolíneas tienen que pagar los gestores tasas por cada pasajero que transportan por lo que Ryanair persigue obtener ventajas para animar el aumento del tráfico. Además, aprovecha que compañías como Virgin o British Airways no tienen previsto volver a operar en Gatwick. También está negociando con Boeing para obtener descuentos en los aviones tras la crisis del 737 MAX.
Pero, los grandes ahorros los piensa conseguir por la vía de los costes de personal. Ryanair ya ha anunciado que va a despedir a 3.000 empleados su objetivo es conseguir grandes ahorros recortando un 20% los salarios de los trabajadores hasta 2025. Así, la low cost ha enviado varias cartas a los sindicatos amenazando con más despidos si no se aceptan las rebajas salariales sin negociar. En Austria, Ryanair ya ha anunciado el cierre de la base de Viena porque los trabajadores no han aprobado los ajustes. Unas 300 personas se irán a la calle.
Ryanair aviva esta guerra de precios una vez que la EASA ha permitido que las compañías no respeten la distancia física en los aviones si se usa mascarilla y se implementan otras medidas de seguridad como los filtros HEPA y la higiene de manos.
Obligar a las compañías a dejar un asiento vacío habría implicado la necesidad de subir los precios de los billetes un 50% solo para cubrir gastos, algo impensable en un momento de baja demanda y crisis de confianza.
Fuente: El Economista.