(Aeronoticias).- Antaño, cuando los tiempos sonreían a la isla helénica, Leonidas Nikas, director de colegio primario, estuvo acostumbrado a ver a los niños actuar como tal: reír, jugar y soñar con el futuro. Mas con las medidas aplicadas en Grecia para «ahorrar», ahora ve niños escarbando en la basura del colegio para pillar algo y enviarlo a casa.
El ahorro -sinónimo de los recortes aplicados a la «fiesta fiscal» en la que los responsables del manejo de la cuenta de Grecia mintieron en los datos de su deuda y no planificaron sus gastos gubernamentales- es digitado por el Banco Europeo, quienes prevén que Grecia no crecerá con el sector terciario tras el desplome de su economía, por lo que los «lujos» vividos deberán desaparecer, para mal de los griegos.
«Ni en la peor de mis pesadillas podía haber imaginado que llegaríamos a una situación así», declaró el director, quien ve a los niños llegando al colegio «muertos de hambre» ya que «hay familias que no solo tienen dificultades para encontrar trabajo, sino para sobrevivir».
Durante los últimos cinco años, la economía griega ha perdido un 20% de su volumen. Casi 1 de cada 3 griegos está en paro y 3 de cada 5 buscan empleo luego de 1 año sin laborar.
Athenas Linos, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Atenas, señaló que 1 de cada 10 alumnos de educación primaria y secundaria padecían «inseguridad alimentaria»: Es decir, o pasaban hambre, o corrían riesgo de vivirla.
“No dejo de oír a mi alrededor: ‘Mis padres no tienen dinero. No sabemos qué vamos a hacer’”, explicó una estudiante del instituto número 9 de Acharnes, Evangelia Karakaxa, de quince años. Y este descontento ha traído suicidios que los medios callan. Y no porque sean malos o por dinero de por medio: Por el cristianismo ortodoxo, es tabú. Y cuando sucede, sólo notifican una muerte «misteriosa».
Con información de El País.
