(Aeronoticias): En las aguas traicioneras del río Shire en el sur de Malawi, la tragedia se desplegó cuando la furia de un hipopótamo desató la desesperación entre los aldeanos. En un pequeño bote que llevaba a más de 30 personas, un niño de 1 año perdió la vida, y 23 individuos desaparecieron en las turbias aguas infestadas de cocodrilos.
La oscura danza de la muerte comenzó cuando el imponente hipopótamo embistió la canoa, sumergiendo a los aldeanos en la desesperación. Las autoridades confirmaron el fallecimiento del pequeño, cuyo destino fue sellado por la agresividad aparentemente serena de estos gigantes acuáticos.
En medio de la tragedia, la policía de Malawi emprendió una angustiosa operación de rescate, logrando salvar a 13 personas, pero el paradero de las otras 23 permanecía envuelto en un manto de incertidumbre. El río poco profundo, infestado de cocodrilos, yace como un escenario peligroso, donde la vida puede desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos.
La legisladora del distrito de Nsanje, Gladys Ganda, arroja luz sobre la angustiosa travesía de los aldeanos, quienes cruzaban el río Shire en busca de sus granjas en la frontera con Mozambique. Fue entonces cuando el hipopótamo, con su impredecible furia, trastocó sus vidas en un instante fatídico.
Este incidente, que deja a la comunidad en luto, evoca recuerdos de un suceso similar hace seis meses en Uganda, donde un hipopótamo devoró a un niño de 2 años. La cruda realidad de la naturaleza salvaje se manifiesta en estas criaturas aparentemente majestuosas, que superan en mortalidad a tigres y rinocerontes en el continente africano. La feroz agresividad de los hipopótamos, más allá de su apariencia serena, trae consigo un recordatorio sombrío de que, en las aguas intrincadas de la naturaleza, la vida es frágil y efímera.
Fuente: La opinión