(Aeronoticias).-La fusión de Iberia con British Airways, materializada en 2011 a través del holding IAG, es vista por la plantilla y una parte de la opinión pública española como una batalla entre antiguos imperios que se ha decantado a favor de Londres, mientras los accionistas responden que la crisis económica, el incremento de la competencia y la resistencia de los empleados al cambio durante los últimos años explican los problemas por los que atraviesa Iberia. Tenga quien tenga la culpa de la crisis que atraviesa la compañía de bandera, que siempre ha sido considerada un símbolo nacional, el rumbo de Iberia se encuentra en un momento realmente incierto.
Cabe precisar que las turbulencias comenzaron a golpear a la empresa en 2008, cuando el colapso financiero mundial hundió el tráfico aéreo y arrastró al sector en su conjunto. Nadie se salvó. Tampoco Iberia, que registró sus primeras pérdidas operativas en 13 años. Atrás quedó una década de bonanza, marcada por la privatización de la compañía, su salida a Bolsa y su alianza cada vez más estrecha con British Airways, con quien mantuvo participaciones cruzadas durante una década hasta que llegó una fusión que se daba por descontada.
Cuatro años después del inicio de la caída, Iberia sigue en números rojos y el 9 de noviembre anunció la supresión de 4.500 empleos (un 23% de la plantilla), mientras su socia británica ya ha vuelto a tener beneficios. Muchas aerolíneas europeas se han visto afectadas por la crisis de deuda europea, pero quizás Iberia ha sido una de las más golpeadas. “La base de todo el problema es la crisis que azota a la economía española, con una tasa de paro que roza el 25%”, explica Iván San Félix, analista experto en el sector aéreo de Renta 4.
Las ‘low cost’ han causado un gran daño a las rutas de corto y medio radio. El auge imparable de las compañías de bajo costo es uno de los factores clave para entender por qué Iberia registró pérdidas de 262 millones de euros en los primeros nueves meses del año (casi lo mismo que ganó British Airways entre enero y septiembre). España es uno de los países del mundo con mayor densidad de tráfico de bajo coste. Compañías como Ryanair y Vueling se han convertido en líderes del mercado español. “Las low cost se han expandido sin problemas en el aeropuerto de Barajas, porque históricamente ha tenido unas tasas más bajas, aunque ahora ha decidido subirlas, y además tiene un exceso de capacidad, por lo que hay espacio para todos los rivales”, explica Xavier Fageda, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona.
Las low cost han causado un daño significativo a las rutas de corto y medio radio de Iberia. El coste medio por pasajero para Easyjet oscila entre 60 y 70 euros en un vuelo de corto radio y para Iberia se sitúa entre 125 y 135 euros, según cálculos del sector. Desde 2006, la cuota de mercado de Iberia en ese segmento de negocio ha caído en un 20%. La todopoderosa Ryanair domina este mercado, con una cuota del 21%, según datos publicados en un reciente informe de Goldman Sachs, que toma como referencia el número de asientos ofrecidos por kilómetro de ruta (ASK), una de las medidas más utilizadas por el sector para medir la capacidad. Le sigue Iberia con un 11%, y Vueling, con el 9%.