(Aeronoticias).– Si un astronauta muriera en la Luna con su traje sellado puesto, las bacterias de su intestino empezarían a multiplicarse fuera de control y harían que el cuerpo se hinchase por el gas, en su mayoría dióxido de carbono, metano y sulfuro de hidrógeno.
Pero si la muerte ocurriese durante la noche, las bacterias sólo durarían lo que el cuerpo tardara en congelarse, ya que las temperaturas llegan a alcanzar los -150ºC durante la noche. El cuerpo del astronauta permanecería congelado hasta el amanecer, cuando empezaría a calentarse de nuevo. Durante el día, se cocinaría en temperaturas que ascienden a los 120ºC.
Finalmente, el traje empezaría a abrirse y de él saldría vapor de agua. Luego el cadáver se desecaría en el vacío hasta parecer un trozo de carne seca.
A lo largo de los años, la radiación y los rayos cósmicos transformarían las proteínas del cuerpo en cortas cadenas de aminoácidos.
Con información de BBC.