(Aeronoticias).- El golpe recibido por Ryanair en sus proyecciones financieras -suficiente para arrastrar a la baja cálculos de otras compañías aéreas-, plausiblemente ha motivado a una serie de medidas que evocan a la Glásnot soviética, aquella medida para la libertad de pensamiento, que también puede verse como transparencia informativa.
Y justo en eso ha incidido la firma ultra low-cost, con tal de recuperar a los clientes que han migrado sus gastos hacia otro lado: Hacer más amigable y transparente su portal, el único punto en que la firma y sus clientes coinciden.
Pero si cree que allí quedó todo, tómese su tiempo y espere: Uno de los mitos que terminaban en carcajadas ha terminado de serlo. La alianza agencia de viajes-Ryanair, más allá de las palabras, busca materializarse en tanto le reporte ganancias significativas, abandonando antes la retórica de lija contra estas empresas.
El hecho que tenga Michael O’Leary, la punta de lanza de la firma de bajo coste, que admitir que Easyjet (su competencia) ha obtenido mejores resultados que ellos, también da a entender lo peliaguado del asunto: No se trata de ahorrar maníes y el agua del toilet del avión…
Frente a la alianza Iberia-British Airways y otras firmas de bajo coste en el Congreso Mundia de Aerolíneas Low Cost, Ryanair dejó casi todas las armas al alcance de sus enemigos: «Siempre que haya algo que podamos hacer para fomentar las operaciones de largo radio que no comprometa los costes de handling (servicios de asistencia a la aerolínea) en Stansted, estaríamos muy abiertos».
Con información de Hosteltur.
