(Aeronoticias).- El primer error cometido por la caravana de Chávez luego de salir de Cuba, si quería mantener el secretismo tan bien llevado durante los meses ausentes, fue haber partido de la nación caribeña para intentar acallar a quienes daban de baja la vida del mandatario venezolano.
Ahora que Chávez se encuentra en territorio local, los periodistas se han infiltrado en los pasillos para obtener una toma o una descripción del actual estado de salud del presidente, quien aún no ha juramentado desde habérsele declarado ganador contra Hernique Capriles.
Si el periodista tiene suerte y maña, alguno de sus implementos no podrán ser hallados a través de la retahíla de hombres de boina roja y trajes verde musgo. Y aunque parezca muy difícil penetrar en el fortín de Galeno y Nightingale -que lo es-, en cualquier caso podrá sonsacar «alguito». Como ven, policías y militares de más, pero los engranajes del Hospital Carlos Arvelo siguen funcionando igual.
Con información de La Nación, de Argentina.