Una nueva remesa del cruce de mensajes entre empleados de Boeing durante el desarrollo del 737 Max “está dibujando un panorama muy turbador”, según el ayudante de un comité parlamentario de Estados Unidos, citado por la agencia Bloomberg.
Los documentos han sido enviados a la autoridad aérea de Estados Unidos, la Federal Aviation Administration o FAA este lunes, el mismo día que el consejo de la empresa decidió despedir al consejero delegado.
Las comunicaciones no se han hecho públicas. Los responsables del comité de transportes e infraestructuras tampoco han hecho comentarios. “De igual modo que ha sucedido con otras comunicaciones de Boeing, las grabaciones parecen apuntar a un panorama muy inquietante de las preocupaciones expresadas por empleados de Boeing sobre el compromiso con la seguridad de la empresa y sobre los esfuerzos de algunos empleados por que los planes de producción no se vean alterados por los reguladores”, indicó un portavoz de dicho comité.
La empresa está siendo investigada por el desarrollo del avión Boeing 737 Max, cuyos fallos de diseño jugaron un papel clave en dos accidentes aéreos que dejaron 346 muertos. El avión lleva en tierra desde marzo y la empresa está bajo la lupa por su conducta a la hora de diseñar, producir e informar a las autoridades sobre esta versión del aparato. La producción está parada y el CEO de la empresa fue despedido el lunes.
Boeing trasladó los correos electrónicos a la FAA y al Congreso “como parte de nuestro compromiso de transparencia con nuestros reguladores y los comités de supervisión”, dijo la compañía en un comunicado. “Al igual que con los documentos anteriores a los que se refiere el comité, el tono y el contenido de algunas de estas comunicaciones no reflejan la compañía que somos y necesitamos ser”, dijo la compañía.
Esta es la segunda remesa de comunicaciones enviada con retraso por Boeing, después de que en octubre la empresa recibiera una reprimenda de la FAA por la dilación. Las relaciones con la FAA son uno de los grandes retos del próximo CEO de la empresa, David Calhoun. El consejo de administración de Boeing ya citó las malas relaciones de Dennis Muilenburg con los reguladores como uno de los motivos detrás de su despido.
Según fuentes cercanas al caso, este segundo set de mensajes ya ha provocado tensiones, puesto que Boeing informó a la FAA de la existencia de éstos, pero no los proporcionó hasta el lunes. En octubre Boeing ya remitió a las autoridades los mensajes internos en los que un piloto de alto rango dentro de la empresa expresaba sus dudas sobre el sistema automático MCAS, implicado en los dos accidentes mortales que obligaron a dejar en tierra el avión.
Boeing sabía de esos mensajes desde principios de año y los entregó al Departamento de Justicia en febrero, pero no a la FAA debido, supuestamente, a la investigación penal en curso. El retraso enfureció a la FAA, encargada de supervisar el sector y cuyos principios clave pasan por que los responsables de las empresas deben revelar posibles riesgos o violaciones de los protocolos de seguridad.
En estos mensajes Mark Forkner, entonces jefe técnico de los pilotos de Boeing para el 737, expresaba a otro piloto de 737, Patrik Gustavsson, su preocupación porque el sistema MCAS estaba “corriendo desenfrenadamente” y admitió que podría haber ingañado a la FAA sobre este asunto de forma involuntaria. En otro mensaje enviado a un empleado de la FAA, Forkner indicó que estaba poniendo en práctica “trucos Jedi” para controlar la mente de los reguladores internacionales y que éstos aceptaran el plan de entrenamiento propuesto por Boeing.
El MCAS, que se activó erróneamente en los accidentes de Indonesia y Etiopía, hundiendo el morro de los dos aviones hasta que se estrellaron contra el suelo. Los pilotos no conocían de la existencia de este mecanismo, por lo que no pudieron desactivarlo.
Fuente: Cinco Días.