Marruecos en el ‘eje del mal’, por Ricardo Sánchez

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(Aeronoticias).- Corea del Norte es un país paria a nivel internacional, desoye el llamado de las naciones y pone en vilo continuamente la paz mundial. Su nuevo socio en estas actitudes es Marruecos, que ha desairado y se ha enfrentado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y al propio Consejo de Seguridad.

Ambos son naciones delincuentes o canallas por estar fuera de la legalidad internacional. Marruecos invadió el Sáhara Occidental, comete genocidio contra el pueblo saharaui, desoye los llamamientos de la ONU, se burla de la ONU, todo para evitar que se realice el referendo de autodeterminación de los saharauis.

Ban Ki-moon puso fin a esa burla, porque si bien fue desairado para visitar Marruecos por que el rey “no estaba disponible”, prosiguió con su gira y visitó los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia; pisó territorio saharaui liberado (es decir, fuera de la ocupación marroquí), habló que por culpa de la “ocupación” marroquí, los saharauis vivían en esos campamentos de refugiados y que haría un llamado para que los países eleven la ayuda alimentaria.

Eso enardeció a Marruecos, que acusó al secretario general de no ser objetivo y organizó una marcha en Rabat contra Ban Ki-moon en la que participaron ministros marroquís. El inexpresivo y paciente coreano reaccionó con indignación y dijo que era una falta de respeto a él y al Consejo de Seguridad.

Para pretender calmar la situación, el rey envió a su canciller Salaheddine Mezouar a apaciguar los caldeados ánimos a Nueva York. Grande fue la sorpresa cuando Ban Ki-moon lo recibe molesto y sin que le permita sentarse -según despachos de prensa internacionales- le expresa que transmita a su gobierno su decepción e ira.

Esto fue considerado por Marruecos como un “ultraje” y manifestó que ya no financiaría a la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) y retiraría a sus soldados de las fuerzas de paz (Cascos Azules) de la ONU.

Esta pataleta va impregnada de preocupación y desesperación. Marruecos se peleó con la Unión Europea porque el Tribunal de Justicia de la UE señaló que era ilegal las exportaciones marroquíes a Europa que incluyan productos saharauis que no son etiquetados como tal.

Aventureramente se acercó a Rusia, como diciéndole a la UE “no te necesito”, sin embargo, el rey feudal Mohamed VI es recibido por un ¡viceministro! y Rusia mantiene su posición de respaldo a las Naciones Unidas en el tema saharaui; y Estados Unidos acaba de dar también su apoyo a la ONU.

Se acerca abril, mes en que el secretario general de la ONU brinda su informe al Consejo de Seguridad, y Marruecos está enfrentado al mundo por un territorio que no es el suyo y que invadió a sangre y fuego, por engañar dilatando y obstaculizando las negociaciones para el referendo de autodeterminación del pueblo saharaui. Marruecos solo se ha puesto a la par de Corea del Norte.

Ya Ban Ki-moon mostró su enfado por las agresiones marroquíes y su lenguaje duro debe ser el mismo en el informe que realice al Consejo de Seguridad. A fin de este año termina sus funciones como secretario general de la ONU y debe irse con la frente en alto, ya sin presiones diplomáticas y como un hombre libre. Sus palabras perdurarán, han pasado a la historia y serán evocadas cuantas veces sean necesarias, porque defendió la justicia, el derecho internacional y las resoluciones de la ONU.

 

 

 

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