(Aeronoticias): Aviaciondigital, Farnborough.- ATR, prevé una demanda de al menos 2.450 aviones turbohélice en los próximos 20 años para satisfacer la creciente demanda de conexiones regionales y de transporte aéreo con menos emisiones.
El mayor impulsor de la demanda es la modernización de las flotas por parte de las compañías aéreas para cumplir las normas medioambientales más estrictas y hacer el transporte aéreo accesible a todos.
Las sustituciones representarán siete de cada diez nuevos aviones, el resto se desplegará para mejorar la movilidad y la conectividad regional a través de nuevas rutas.
En la actualidad, los turbohélices representan alrededor del 40% de la flota regional de pasajeros
Las previsiones indican que la flota mundial de aviones de pasajeros turbohélice de al menos 30 plazas pasará de 1.950 en 2022 a 2.660 en 2041, lo que supone un aumento de alrededor del 36%.
Los cargueros han pasado a desempeñar un papel esencial en el apoyo a las comunidades regionales, en parte debido a la aceleración de la economía digital y el comercio electrónico.
La previsión destaca que los turbohélices representan el 94% de la flota de aviones de carga regionales, lo que supone una importante oportunidad para el sector.
Se prevé que la flota mundial de turbopropulsores pase de 380 en 2021 a 550 en 2041, lo que supone un aumento del 45%
El sudeste asiático, China y América Latina han sido identificados como áreas de mayor demanda regional, ya que las expectativas de los clientes de una entrega más rápida se expanden más allá de las principales puertas de entrada en cada región.
Otro factor que impulsa la demanda futura de turbohélices es su capacidad para hacer frente al cambiante entorno normativo creado por el desafío climático.
El aumento de los precios del combustible, la creciente fiscalidad sobre el carbono, así como la mayor demanda de los pasajeros de viajes con menos emisiones, hacen que la industria de la aviación favorezca de forma natural a los aviones que emiten menos carbono, como los turbohélices.
Incluso hoy en día, si todos los aviones regionales de Europa fueran sustituidos por turbohélices, la reducción de las emisiones de CO2 sería equivalente a la cantidad de CO2 eliminada por un bosque de unos 5.000 km2, ¡más o menos del tamaño de las Islas Baleares!
El informe concluye que las nuevas tecnologías disruptivas, que probablemente se adoptarán a partir de 2030, situarán a los turbohélices en la vanguardia de la industria de la aviación, contribuyendo a desempeñar un papel vital en la conexión de personas y empresas y en el impulso del crecimiento económico en todo el mundo.
Fuente: Aviación Digital.com