(Aeronoticias).- En la puerta del horno. Todo estaba previsto para que el pasado dos de mayo la Fuerza Aérea del Perú (FAP) y la compañía Korea Aerospace Industries (KAI) suscribieran un contrato por aproximadamente 200 millones de dólares por la adquisición de 20 aeronaves de instrucción básica KT-1. La comitiva coreana tenía las maletas hechas para trasladarse a Lima. A último momento, el Ministerio de Economía y Finanzas advirtió que la operación comercial requería de la presentación de un Proyecto de Inversión Pública (PIP). En otras palabras, de la aprobación previa del MEF.
La discusión se generó porque para la FAP se trataba del reemplazo de los aviones T-27 Tucano. El MEF no estaba de acuerdo porque entendía como reemplazo la compra de los T-27 Tucano para sustituir a otros T-27 Tucano viejos, pero la FAP estaba sustituyéndolos por los coreanos KT-1.
«No es lo mismo cambiar los T-27 Tucano por los KT-1», cuestionaron los funcionarios del MEF.
«No podemos reemplazar los T-27 Tucano por otros T-27 Tucano sencillamente porque la fábrica brasileña Embraer los ha dejado de fabricar hace más de cinco años», arguyeron los oficiales de la FAP.
Los funcionarios del MEF mantuvieron su posición. No cedieron un milímetro. El Ministerio de Defensa, que había anunciado con bombos y platillos la compra de los aviones coreanos, se suspendió hasta que la FAP presentara, sustentara y recibiera el visto bueno de su PIP por parte del MEF.
Fuentes del Ministerio de Economía y Finanzas confirmaron que la FAP está obligada a sustentar el Proyecto de Inversión Pública (PIP), «como corresponde a todos los organismos del Estado, sin excepción».
POSTERGACIÓN Y ENOJO
El aplazamiento cayó como un baldazo de agua fría a la institución azul, que le había dedicado tres años al proyecto de reemplazo de los T-27 Tucano.
La FAP se encuentra bajo la presión de encontrar sustitutos a los T-27 Tucano porque de los 30 con los que contaba originalmente, ahora sólo tiene 19. Y de ese número, menos de la mitad se encuentra operativo, con lo que se han reducido los programas de adiestramiento de pilotos. De hecho, el Ministerio de Defensa ha contratado pólizas de seguro únicamente para ocho aeronaves T-27 Tucano, en el periodo 2011-2012).
De acuerdo con fuentes del Ministerio de Defensa y de la Fuerza Aérea que tienen directa relación con el proyecto de compra de las aeronaves de adiestramiento básico, el instituto castrense encargó a una Comisión Técnica presidida por el mayor general FAP Alfonso Artadi Saletti, la identificación de un aparato para suplir al T-27 Tucano, en el 2010.
«Se adoptó la decisión del reemplazo del T-27 Tucano por el alto costo de su mantemiento, las dificultades para encontrar repuestos y porque la fábrica brasileña Embraer los había dejado de producir», explicaron fuentes de la FAP.
La comisión del mayor general Alfonso Artadi identificó tres aeronaves: el T-6A Texan, de fabricación estadounidense; el PE-9 Pilatus, de tecnología suiza; y el KT-1, de Korea Aerospace Industries (KAI), de Corea del Sur.
¿Por qué no se estudió como alternativa el Super Tucano, versión moderna de T-27 Tucano?
Fuentes de la compañía Embraer afirmaron que fueron consultados por la FAP sobre la aeronave de ataque ligero y entrenamiento avanzado de pilotos Super Tucano. Incluso el gobierno de Dilma Rousseff expresó su interés en auspiciar el contrato. Pero al final la FAP lo descartó.
«Por supuesto que nosotros queremos el Super Tucano, cuyas cualidades conocemos perfectamente, pero por ahora no. La prioridad es una aeronave de adiestramiento básico y el Super Tucano no lo es. El Super Tucano es un avión de guerra que también sirve para el entrenamiento avanzado. La preocupación de la FAP en este momento es el adiestramiento básico de pilotos, que es otra cosa. Para ese fin sirven los KT-1, no el Super Tucano», informaron fuentes de la FAP.
LARGO ESTUDIO
Las negociaciones con la compañía Korea Aerospace Industries (KAI) se iniciaron en el segundo régimen de Alan García y fueron continuadas por el gobierno de Ollanta Humala. Es más, durante la gestión del ministro de Defensa, Rafael Rey, en julio del 2010, se introdujo como exigencia en las contrataciones con compañías extranjeras las compensaciones industriales (Offset).
Este dispositivo tuvo un efecto clave en las tratativas con los surcoreanos.
El Offset es un compromiso de la empresa vendedora de invertir en el país un monto similar al que figura en el contrato. A diferencia de las compañías norteamericana y suiza que ofertaron el T-6A Texan y el PE-9 Pilatus, KAI planteó un Offset que comprendía la instalación en el Servicio de Mantenimiento de la FAP una línea de coproducción y ensamblaje final de los aviones, así como la fabricación de piezas y partes de KT-1.
«Ni los suizos ni los norteamericanos estaban dispuestos a la coproducción. No igualaron la propuesta de Corea del Sur», señalaron fuentes del Ministerio de Defensa.
La otra ventaja comparativa fueron los precios. El valor promedio del KT-1 es alrededor de 7.5 millones de dólares, frente a los 9 a 11 millones que cuestan los T-6A Texan y los PE-9 Pilatus.
No solo viajaron a Seúl los ex ministros de Defensa, Daniel Mora y Alberto Otárola, sino también el mandatario Ollanta Humala, con el propósito de apuntalar el acuerdo con KAI, lo que es un indicativo del interés del Ejecutivo.
Tanto en el Ministerio de Defensa como en la Fuerza Aérea confían en que el MEF aprobará el PIP. Lo que no saben es cuánto tardarán en dar la luz verde.
La oferta de los Super Tucano
La compañía brasileña Embraer ofertó los Super Tucano por un valor cercano a los 17 millones, de acuerdo con fuentes de la Fuerza Aérea del Perú.
«El problema con la propuesta de Embraer es que estaba amarrada a un proyecto de reparación y modernización de los T-27 Tucano, una aeronave que los brasileños ya no fabrican y que por eso resulta altamente costoso mantener su operatividad.», arguyeron fuentes del instituto castrense.
Según el proyecto de contrato, a la firma del mismo KAI entrega cuatro unidades de KT-1 a los 24 meses. Y completará los otros 16 en un lapso total de 48 meses, incluidos los que serán ensamblados en el Servicio de mantenimiento de la FAP (Seman).
El costo unitario de los Super Tucano es de aproximadamente 17 millones de dólares la unidad
En cifras
- 7.5 millones es el valor aproximado de un avión KT-1.
- 9-11 millones cuestan los PE-9 Pilatus y T-6A Texan.
- 8 aviones T-27 Tucano aseguró el Ministerio de Defensa.
- 11 aeronaves T-27 Tucano de la FAP están inoperativos.
Diario La República