(Aeronoticias): La neumonía es una infección respiratoria aguda que puede afectar a personas de todas las edades, incluyendo niños y bebés. Aquí te proporciono información sobre los síntomas y el tratamiento de la neumonía en niños y bebés:
Síntomas de neumonía en niños y bebés:
- Fiebre: Los niños con neumonía a menudo desarrollan fiebre alta.
- Tos: La tos puede ser seca o producir moco espeso y amarillento o verdoso.
- Dificultad para respirar: Esto puede incluir respiración rápida o entrecortada, retracciones (cuando los músculos entre las costillas se hunden al respirar) y ruidos como gruñidos al respirar.
- Irritabilidad: Los bebés pueden estar inusualmente irritables y llorar más de lo normal.
- Letargia: Algunos niños pueden volverse letárgicos y tener menos energía de lo habitual.
- Pérdida de apetito: Los niños pueden perder el interés en comer.
- Vómitos: En algunos casos, puede haber vómitos.
- Dolor en el pecho: Los niños mayores pueden quejarse de dolor en el pecho.
Tratamiento de la neumonía en niños y bebés:
El tratamiento de la neumonía en niños y bebés generalmente incluye:
- Antibióticos: Si la neumonía es de origen bacteriano, el médico puede recetar antibióticos específicos. Es importante seguir el curso de tratamiento completo, incluso si los síntomas mejoran antes de terminar los antibióticos.
- Descanso: Los niños y bebés con neumonía necesitan descansar para ayudar a su cuerpo a combatir la infección.
- Hidratación: Asegúrate de que el niño esté bien hidratado, ya que la fiebre y la dificultad para respirar pueden llevar a la deshidratación.
- Control de la fiebre: Puedes darle a tu hijo medicamentos para reducir la fiebre según las indicaciones del médico.
- Monitoreo: Es importante que un médico siga de cerca la progresión de la enfermedad y realice un seguimiento para asegurarse de que el niño se está recuperando adecuadamente.
Si observas síntomas de neumonía en tu hijo o bebé, es fundamental buscar atención médica de inmediato. La neumonía puede ser grave en los niños, especialmente en los lactantes y en aquellos con sistemas inmunológicos debilitados, por lo que un diagnóstico y tratamiento tempranos son esenciales para una recuperación exitosa.
Fuente: El Comercio.