(Aeronoticias).- El Papa Francisco denunció la persecución en Irak, donde cientos de cristianos católicos y ortodoxos de la ciudad de Mosul tuvieron que huir tras resistirse a la conversión del Islam como ultimátum de un grupo yihadista.
«Nuestros hermanos son perseguidos, son enviados fuera, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada», señaló el Sumo Pontífice en la plaza de San Pedro tras el tradicional rezo del Ángelus de los domingos.
«Aseguro a estas familias y a estas personas mi cercanía y mi constante oración», resaltó Francisco.
Asimismo el Santo Padre exhortó a los fieles a «perseverar en la oración por las situaciones de tensión y de conflicto que persisten en diferentes partes del mundo, especialmente en Oriente Medio y Ucrania», y aseguró que «la violencia no se vence con la violencia, la violencia se vence con la paz».
El sábado los grupos yihadistas del Estado Islámico, que controlan Mosul desde hace varias semanas, lanzaron un ultimátum a los cristianos de la ciudad para que se conviertan al islam, paguen un impuesto especial o se vayan, sino la única opción según el líder del grupo Abu Bakr al Bagdadi, será la espada.
El censo de cristianos iraquíes, una de las comunidades más antiguas de la Iglesia, ha adelgazado dramáticamente en el último decenio. En 2003 se contaban por millón y medio y representaban el 5% de la población. El año pasado no llegaban a 450.000 fieles.
En febrero de 2008 el cardenal católico caldeo y obispo de Mosul, Paulos Faraj Raho, fue raptado. Unas semanas después, una llamada anónima comunicó que su cuerpo se hallaba enterrado en las afueras de la ciudad.
«Cuando sales a la calle en Mosul, nunca sabes si volverás viva a casa», relató Kalda Suleiman, una vecina cristiana de Mosul refugiada en Al Qosh.
Con información de RPP.