(Aeronoticias).- Tras su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, ante la pregunta de los periodistas, el papa Francisco declaró: «Si una persona es homosexual y busca a dios, y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?».
Esta posición en la Iglesia Católica marca un giro de 180 grados, en la que pasa de la condena -hecha por sus antecesores- a una plausible aceptación. «El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica muy bien. Dice que ellos no deben ser marginados por esto, sino que deben ser integrados en la sociedad».
No obstante, señaló seguir condenando las presiones para su aceptación. «El problema no es la aceptación. Debemos ser hermanos. El problema es presionar por la orientación, o «lobbies» para gente avara, «lobbies» políticos, «lobbies» masónicos, como tantos «lobbies». Este es el peor problema».
Con información de BBC.