(Aeronoticias),- Tras hacer una de sus recientes travesías por Europa, un grupo de 160 pasajeros argentinos sufrió una suma de retrasos luego de poner sus vidas en las manos de la aerolínea venezolana Conviasa, la cual prometió puntualidad y atención, y lo otorgado por la empresa quedó «a media caña».
Cuatro de esos ciudadanos, bajo el nombre de Gustavo Chiavon, Jean Phillippe Bethencourt, Mario Fernández y una chica llamada Victoria, tuvieron un retraso en Madrid en el vuelo 3013 el 23 de julio, sin algún tipo de explicación por parte de Conviasa. Horas después, se les avisó que para las 10:30 de la mañana siguiente estaría listo el vuelo a Buenos Aires con conexión a Caracas.
El 24 de julio, media hora después de que el avión debía haber despegado, las autoridades de la compañía les informan que se iba a gestionar otro vuelo «directo» a Argentina. Terminan en Caracas, y sorprendidos que los trabajadores en la ciudad venezolana ignoren todo lo pactado con los empleados de Conviasa en España.
En Caracas se enteraron que no había vuelo a Buenos Aires.
Tras haber estado seis horas en la terminal caraqueña, los argentinos son separados en dos grupos. Allí se enteran que al día siguiente, a las 6:00 de la tarde, saldría su vuelo a la capital argentina, y que por ello se les recogería del hotel «Las Américas», donde eran alojados el grupo de cuatro jóvenes.
El 25 de julio, los argentinos recibieron a un conductor que transportaría hacia al aeropuerto a unos pasajeros… con rumbo a La Habana.
Sólo después de que el asunto trascendiera gracias a la difusión del caso en El diario de la Pampa, la Embajada de Argentina gestionó un vuelo de Caracas a la capital argenta, recogiendo a los 160 pasajeros con prohibición de «salir del aeropuerto (sin precaución) por medidas de seguridad».
Con información de El diario de la Pampa.