(Aeronoticias): El peso de un avión comercial oscila entre 150 y 220 toneladas, sin contar a los pasajeros, tripulación y equipaje. Artemis Aerospace describe las partes esenciales que permiten elevar este peso y hacer llegar a los pasajeros a su destino.
“La aviación es una de las formas de transporte más seguras del mundo, con sólo un accidente por cada 7.1 millones de vuelos comerciales. Además despegan unos 100,000 vuelos diarios en todo el mundo”, afirmó.
Indicó que un avión está formado por millones de componentes; un Boeing 747-8, por ejemplo, tiene seis millones de piezas. Entre éstas el fuselaje, las alas, los motores, la sección de cola y los trenes de aterrizaje, que interactúan durante el vuelo para mantener el avión en movimiento por el aire.
“El fuselaje, es el cuerpo principal del avión y constituye la base de su estructura. Es donde se sientan los pasajeros e incluye la cabina, el centro de control, por lo que los pilotos se sientan en la parte delantera del fuselaje, y conecta todas las demás partes”.
Las alas de un avión, crean la fuerza ascendente que levanta el avión del suelo y están diseñadas con alerones y flaps para controlar el balanceo. Los alerones son superficies articuladas en el borde inferior de ambas alas, y se utilizan en direcciones opuestas, disminuyendo la sustentación en un ala y aumentándola en la otra, lo que permite que el avión gire hacia la derecha o hacia la izquierda.
Mientras que, el conjunto de cola, o «empenaje», se encuentra en la parte trasera del avión e incorpora superficies horizontales y verticales que estabilizan la guiñada y el cabeceo, y mantienen el avión estable durante el vuelo. El empenaje deriva del verbo francés «empenner», que significa «emplumar una flecha»: las plumas son las que mantienen la flecha en su trayectoria.
A su vez, el tren de aterrizaje es el soporte principal del avión cuando despega, aterriza, rueda o está estacionado. Está diseñado para absorber y disipar la energía cinética del impacto del aterrizaje, reduciendo así el impacto sobre el resto del avión.
Por último, los motores a reacción del avión son los que lo mueven por el aire. Aspira aire por la parte delantera con un ventilador, luego la presión del aire se eleva mediante un compresor, que consta de paletas unidas a un eje que giran a gran velocidad y comprimen el aire. Después, éste se rocía con combustible y se enciende con una chispa eléctrica, que expande los gases ardientes y los transmite al exterior a través de una tobera situada en la parte trasera del motor. A medida que estos gases empujan hacia atrás, el avión es propulsado hacia delante, según la Tercera Ley del Movimiento de Sir Isaac Newton, que establece que «para cada acción, hay una reacción igual».
“¿Cómo lo dirige el piloto mientras rueda hacia o desde la pista? Los alerones y los flaps no sirven de mucho una vez que el avión ha aterrizado. Los aviones se dirigen en tierra mediante un timón, que es un poco como el volante de un coche y está situado en la cabina. Está unido a un conjunto de engranajes hidráulicos que tiran de un raíl sobre una rueda dentada montada en la rueda delantera del avión. Al girar el timón, las ruedas delanteras del avión giran a derecha e izquierda”.
La compañía señala que dirigir los aviones a su destino es una tarea compleja, que requiere la intrincada sincronización de millones de componentes.
“Artemis Aerospace, proporciona un servicio de suministro de componentes que mantiene los aviones en el cielo en todo el mundo, garantizando que la pieza correcta esté disponible exactamente donde se necesita”, afirmó.
Fuente: A21mx