(Aeronoticias) Momentos de nerviosismo. Vientos arremolinados, turbulencias fuertes, la obligación de utilizar el cinturón de seguridad. Los vuelos suelen tener breves impases de incomodidades, que en general terminan en nada. Los impactos de los aviones con pájaros también forman parte de la cotidianidad en el aire.
“Los choques con pájaros son comunes y el daño tiende a ser menor o inexistente, salvo que lo mires desde el punto de vista de los pájaros”, ironizó el piloto Patrick Smith en su libro Cockpit Confidential, un bestseller estadounidense que ahonda en secretos de la aeronave. “Como es de esperar, los aviones están construidos con componentes capaces de tolerar este tipo de impactos”, escribió.
Smith cuenta que experimentó en primera persona varios choques. El resultado, en el peor de los casos, fue una abolladura o un pliegue menor. “Sin embargo, tengo que mencionar que los choques son a veces peligrosos. Esto es especialmente cierto cuando los motores están involucrados”, advirtió.
En 2009, el vuelo 1549 de US Airways se deslizó en el río Hudson después de chocar con una bandada de gansos. En general, el inconveniente ocurre cuando uno de estos pájaros se cuelan entre los motores.
“Las turbohélices modernas son resistentes, pero no toman amablemente la ingestión de objetos extraños. En especial, aquellos que golpean en sus hojas de rotación a altas velocidades. Los pájaros no obstruyen un motor pero pueden doblar las láminas internas, causando una pérdida de energía”, explicó el piloto y escritor.
Cuanto más pesada sea el ave, mayor será el potencial de daño. Volar a 463 kilómetros por hora -la velocidad máxima permitida en Estados Unidos por debajo de los 10.000 pies (3.050 metros de altura), donde se agolpan la mayoría de los pájaros- y chocar contra un ganso de tamaño medio sometería al avión a una fuerza de impacto de más de 23 mil kilos, según el experto.
Incluso las aves pequeñas representan una amenaza si son impactadas en masa. En 1960, un turbopropulsor de Eastern Airlines cayó en Boston después de un encuentro con una bandada de estorninos.
Entonces, ¿por qué los motores no son construidos con pantallas protectoras en frente? “Además de bloquear parcialmente la entrada de aire, la pantalla tendría que ser grande (presumiblemente en forma de cono) e increíblemente fuerte. Si falla, tendrías un pájaro y pedazos de metal entrando en el motor. A pesar de los incidentes anteriores, la gran improbabilidad de perder motores por las aves hace que este tipo de dispositivo sea poco práctico”, respondió Smith.
El caso más reciente de un daño severo producto de un impacto contra un pájaro se produjo el 11 de marzo de 2016 y no se relacionó con el motor. Un vuelo de EgyptAir, que salió de El Cairo y se dirigía a Londres. Estaba a punto de aterrizar en el aeropuerto de Heathrow cuando un ave se estrelló contra la parte delantera. Producto de la fuerza del choque, ocasionó un boquete considerable. No obstante, los pilotos lograron el aterrizaje sin mayores inconvenientes y solo uno de los pasajeros resultó con heridas leves.
Fuente: InfoBae