“Para liberar al presidente han caído ciudadanos, hermanos ecuatorianos. Son momentos de profunda tristeza que jamás pensé que iba a vivir”, expresó el mandatario. “Cuando fui liberado y me informaron que al menos hay un policía caído se me salieron, lágrimas, no de miedo sino de tristeza al ver cómo se derramó sangre ecuatoriana inútilmente”, señaló.
Correa rechazó enfáticamente que las delegaciones enviadas por los insubordinados que se reunieron con él en el hospital mientras estaba retenido, le pidieran amnistía para los cabecillas de la sublevación de la que fue objeto y aseveró que estaban desinformados respecto a las leyes por las cuales estaban protestando.
Finalmente, el mandatario ecuatoriano indicó que su gobierno no revocará la ley contra la que los sectores descontentos se manifestaban y que dio origen a los acontecimientos violentos en su país el día de hoy. Agradeció el apoyo de la comunidad internacional y del pueblo ecuatoriano y dijo que aún no tiene cifras oficiales acerca de las personas heridas y muertas durante la crisis.
