Los últimos atentados contra la seguridad de la aviación civil internacional, especialmente el atentado suicida en un vuelo que cubría el recorrido Amsterdam-Detroit, en diciembre del año pasado, originó que la política aérea de aeropuertos aplicada por los principales países del mundo fueran más estrictas y se ha abierto la posibilidad de instalar poderosos scanners capaces de arrastrar el cuerpo desnudo de una persona. Se ha abierto el debate de sacrificar los derechos de privacidad y salud de los pasajeros, para preservar la seguridad.
El hecho es que ha quedado demostrado en el reciente caso nigeriano Umar Faraouk Abdulumutallab, que intentó hacer estallar una bomba en un vuelo de Amsterdam a Detroit, pasando el material peligroso en su ropa interior, lo que ha desatado una paranoia en los aeropuertos en donde se busca revisar las partes íntimas de los pasajeros , lo que ha motivado que los concesionarios de aeropuertos tengan que recurrir a la opción de novísimos modelos de scanners corporales que también de distinguir implantes en los senos (o penes), piercings y «partes privadas», lo que originará una potencial amenaza los derechos de los pasajeros, ya que se podrían afectar la salud a juicio Sarah Burnett, una de las radiologas más prestigiosas de Inglaterra.
Aeronoticias considera que, la Organización Mundial de la Salud debe asesorar a la OACI, a fin de que los Estados miembros del Convenio sobre Aviación Civil Internacional puedan tener el asesoramiento adecuado, en relación al uso frecuente de éstos scanners que podrían crear una riesgo en la salud por radiación, especialmente en los niños y en las mujeres gestantes, ya que el feto puede estar en peligro y la radiación puede modificar su ADN.