Al cumplirse ocho años desde que la prisión estadounidense en Guantánamo recibiera al primer detenido, organizaciones defensoras de derechos humanos exigieron la libertad de aquellos hombres que fueron absueltos de cargos, así como el cumplimiento del de cierre prometido por el presidente Barack Obama.
Así, la organización Centro para los derechos constitucionales (CCR, sus siglas in inglés) urgió a Barack Obama a «rechazar » el uso del incidente ocurrido el 25 de noviembre cuando un nigeriano intentó detonar una bomba en un vuelo hacia Detroit, como «alimento para dilatar más el cierre de la prisión” de Guantánamo y para aplazar la ejecución de «justicia para los hombres detenidos” allí.
Según el director ejecutivo de la organización, Vince Warren aun hay 198 personas que «no ven la luz del día, muchos de ellos desde hace ocho años”, mientras que más de la mitad – entre ellos varios yemeníes – permanecen tras las rejas a pesar de que «fueron habilitados a ser liberados”.
Luego del atentado fallido ocurrido el día de las navidades, el gobierno estadounidense ordenó frenar la liberación de detenidos en Guantánamo procedentes de Yemén, dado el entrenamiento recibido por el joven nigeriano Umar Farouk AbdulMutallab por parte de la célula de la red Al Qaeda, en esa nación de Medio Oriente.
«Sabemos que al Qaeda en Yemén se ha estado moviendo por un tiempo” pero sabemos a su vez, que «no tenés que ser de Yemén para tener contacto” con yemeníes y planear «cosas terribles”, señaló Warren en conferencia de prensa.
Además, los más de 500 presos que hasta ahora fueron puestos en libertad «están reconstruyendo sus vidas pacíficamente”, insisten desde CCR buscando alejar prejuicios que impiden el regreso a una vida normal y el rencuentro con sus familias.
Tal fueron los casos del libanés Omar Deghayes y del ciudadano bosnio (nacido en Algeria) Lakhdar Boumediene que abandonaron la isla centroamericana en diciembre de 2007 y en mayo de 2009, respectivamente tras años de permanecer allí sin cargos.
Tanto Deghayes, quien perdió un ojo cuando junto a otros presos realizaron en 2004 una protesta contra «abusos sexuales”, como Boumediene pidieron su inmediata clausura, asegurando que en contra de lo que algunos sostienen, en el centro de detenciones sí existe la «tortura”.
«Ellos torturan, creanme”, afirmó casi implorando Boumediene en conferencia telefónica desde Francia donde reside junto a su familia. «Por favor, cierren Guantánamo”, insistió. Sin embargo, según el libanés hace falta «honestidad” y «transparencia” para que eso ocurra.
Al mismo tiempo que un nuevo fallo pone fin a la oscuridad de las rejas, surge una nueva preocupación respecto al próximo destino de aquel presidiario que pudo comprobar no ser un terrorista pero que se niega a regresar a su país por miedo a su integridad.
Actualmente, en Guantánamo hay entre 40 y 50 detenidos que «no quieren” volver a sus lugares de origen «por temor” a sufrir «torturas y abusos” como el volver a ser encarcelados sin cargos, señaló la asesora para contraterrorismo de la organización Human Watch Rights, Stacy Sullivan.
Stacy Sullivan hizo referencia a países como «Algeria y Tayikistán” e «instó” a Obama a que «no continúe con estos planes” de enviar a los liberados a los países que incluyen esta lista.
Aeronoticias considera que se tiene que iniciar los trabajos para el cierre definitivo de esta cárcel tan polémica, ya se empezaron las labores pero aún no son suficientes, ya que entre aquellos que ya obtuvieron su pase a la libertad y los que aún buscan su oportunidad de juicio, se encuentran detenidos 90 yemeníes, 20 afganos, 13 saudíes, 11 algerianos y 4 pakistaníes, además de chinos, libaneses, sirios y palestinos que entre otras nacionalidades hacen a los casi 200 hombres que todavía permanecen bajo custodia estadounidense.