Por una parte las emanaciones que emite el hombre son 130 veces más devastadoras que todos los volcanes del planeta, el calentamiento global avanza y el ecosistema se deteriora dentro de un contexto en donde el mundo busca en la Cumbre de Copenhague más de cien mil millones de dólares para frenar el cambio climático.
Quienes habiten la tierra a partir del año 2070 serán los herederos de la destrucción o de la vida que hoy los líderes mundiales tienen que trazar para que este planeta llamado tierra no se autodestruya y para ello hay que encontrar esas políticas de bien común en una sociedad internacional que busca puentes como la Cumbre de Copenhague, que deberá tener un seguimiento moral coercitivo que obligue a los líderes y a las futuras generaciones.