La tormenta tropical Ketsana tocó tierra en el norte de Filipinas el sábado, empapando la zona con cantidades de agua equivalentes a más de un mes de lluvia en tan sólo 12 horas. Las inundaciones y desprendimientos de tierra resultantes dejaron por lo menos 83 muertos y 23 desaparecidos, dijo el ministro de Defensa Gilbert Teodoro. Muchas zonas de la capital permanecían inundadas el domingo aunque las aguas se retiraban rápido.
Imágenes televisadas mostraron a un helicóptero militar rescatando a sobrevivientes en lo alto de autobuses medio sumergidos y de tejados en los suburbios de Manila. Algunos se aferraban al tendido eléctrico mientras otros caminaban entre agua que les llegaba a la cintura. Las autoridades enviaron equipos de urgencia en embarcaciones para rescatar a sobrevivientes divisados desde aeronaves.
Más de 330.000 personas fueron afectadas por la tormenta, incluidas 59.000 que fueron trasladadas a 100 escuelas, iglesias y otros refugios de evacuación, dijeron las autoridades. Teodoro dijo que, de momento, el ejército, la policía y voluntarios han rescatado a más de 5.100 personas.
Las muertes más recientes por la tormenta fueron las de 12 habitantes de poblados que fallecieron tras un desprendimiento de tierra en la provincia de Pampanga, en el norte del país. Otras nueve personas se ahogaron en la provincia de Bulacán. Un soldado y cuatro milicianos murieron también ahogados intentando rescatar a los habitantes de un poblado en la provincia de Laguna, en el sur del país.