(Aeronoticias): Como leyendas urbanas, emerge un relato envuelto en misterio y oscuridad: la intrigante historia del vuelo 513 de Santiago Airlines. El 12 de octubre de 1989, en Puerto Alegre, Brasil, la realidad parecía trocar con la fantasía cuando una aeronave, dada por perdida durante 35 años, aterrizó sin inconvenientes. A bordo, un escalofriante hallazgo aguardaba a los testigos: 92 esqueletos, incluido el del piloto, el capitán Miguel Víctor Cury.
La crónica comienza en septiembre de 1954, cuando el vuelo comercial 513 despegó de Alemania y desapareció sobre el océano Atlántico. Tras una exhaustiva investigación, las autoridades concluyeron que la aeronave se había estrellado, segando las vidas de los 92 pasajeros. Sin embargo, el destino tenía otros planes, y el avión reapareció de entre las sombras del tiempo en 1989.
El informe del periódico The Weekly World News Tabloid, datado el 14 de noviembre de 1989, añade un matiz intrigante a la historia, aunque los escépticos cuestionan su veracidad al carecer de testimonios de empleados del aeropuerto o autoridades. Al abrir las puertas del avión, la escena se torna aún más surrealista: los esqueletos yacían en sus asientos, con el capitán Cury sosteniendo aún los controles en una posición intacta.
La narrativa cobra tintes sobrenaturales cuando se especula que el avión atravesó una distorsión del tiempo, según concluyeron algunos científicos audaces que se aventuraron a investigar el caso. Sin embargo, el enigma persiste: ¿cómo un cadáver pudo pilotar la aeronave? En la encrucijada entre realidad y mito, la historia del vuelo 513 sigue fascinando, desafiando la lógica y sumiendo en la incertidumbre a quienes se aventuran en sus relatos sombríos.
Fuente: La República.