¿Y la cultura apá?

0
37

(Aeronoticias): Y pensar que a comienzos del austericidio a cargo del Obradorato nos quisieron cerrar ese generoso espacio de entretenimiento, socialización, reflexión y divulgación de la cultura nacional e internacional que es la Cineteca Nacional, dependiente de una Secretaría de Cultura federal, cuyo presupuesto para el año 2025, entiendo, se redujo casi un 30% respecto a 2024, llevándolo a los niveles más bajos desde que esta dependencia fue creada en el año 2015 por el gobierno del expresidente Peña Nieto, atendiendo, en mi opinión, una necesidad tan fundamental para los mexicanos como es preservar el conjunto de sus conocimientos, creencias y pautas de conducta, incluyendo los medios materiales y las tecnologías que usan para comunicarse entre sí, que entiendo es la cultura, la cual aeronáuticamente hablando, une a los seres humanos en torno a un interés común y gracias a su valor educativo, capacidad de ofrecer un sano y apasionante entretenimiento y su capacidad de facilitar nuestra integración social. Como complemento a la formación es uno de los principales sustentos de la seguridad de las operaciones aéreas.

Atentar contra la cultura reduciéndole el acceso a los recursos que requiere para ser esa gran protagonista en la vida de México que ha sido, es y debe seguir siendo siempre, me parece que es atentar no solamente contra la aeronáutica sino también contra ese “pueblo” que la mal llamada “Cuarta Transformación” dice priorizar.

¿Y por qué lo hacen?

Seguramente piensan que invertir en cultura no aporta al control de la intención de voto del mexicano o que el ciudadano educado es uno que suele pensar y por ahí razonar a la hora de elegir a un representante social, es decir, puede darse cuenta de ciertas realidades o propuestas inaceptables de los candidatos.

Mi reacción ante la noticia de la magnitud del pernicioso recorte presupuestal al sector cultural es volver a recuperar el recuerdo de mi amigo Antoine (“Toño”) de Saint-Exupéry, al que habiendo sido seducido por las posibilidades reales e imaginarias de explorar el mundo por medio de la aviación, algo en lo que la literatura tuvo mucho que ver, la cinematografía le llamó profundamente la atención, permitiéndonos vincularlo de diversas maneras con la magia de las salas de proyección, en las que la obscuridad da cabida a ese rayo de luz que al impactar en la pantalla lleva al espectador a mundos en los que la emoción es la gran protagonista.

Más allá de lo que da su siempre atractivo y demandante gran personaje llamado “Principito”, al que por cierto Walt Disney rechazó por “dramático”, Saint-Exupéry tiene mucho que ver con la cinematografía conforme la mayoría  de sus obras literarias son verdaderas aventuras altamente adaptables a guiones de película, condición de un “Vuelo Nocturno”,  llevada a la pantalla en el año 1933 con Clark Gable como parte del elenco y también con el interés del autor de escribir guiones originales, como el de “Anne Marie” del año 1935; “Igor” de 1940  y un intento de vender la idea de convertir en película el que me parece su más valioso libro: “Terre des Homes” dirigido al director y productor Jean Renoir para lo cual “Toño” empleó una serie de grabaciones del año 1941 que le hizo llegar a su compatriota, mismas que se publicaron en un CD que este amante de las biografías de los grandes héroes de la aviación y columnista conserva como uno de sus más preciados tesoros.

El hecho es que, por lo menos al momento de redactar el presente, no solamente su servidor, sino cualquier otra persona que se encuentre en los rumbos del Valle de México, todavía nos es posible escaparnos a espacios culturales como la Cineteca Nacional en la que, me da la impresión, sería extremadamente agradable para los del gremio aeronáutico que se  presentase un ciclo de cine aeronáutico internacional en el que siento deberían exhibirse películas como las extranjeras “Aeropuerto” (la original), “Memphis Belle”, “Hells Angels”, “El Espíritu de San Luis” y claro está “Vuelo Nocturno”, además de clásicos mexicanos como “El Mundo de los Aviones” (Capulina) y “A Volar Joven” (Cantinflas).  Pero no me hago ilusiones, por el contrario, es evidente que la Cineteca lo que menos tendrá ahora son recursos, ya no digamos para crecer u ofrecer “algo más” de aquello que con gran dignidad presenta, sino simple y sencillamente para seguir funcionando.

Creo que voy a concluir mi comentario exponiendo una duda que me carcome: ¿Cómo es posible que un segmento de la población mexicana para el que uno piensa la cultura tiene alto valor como es el que integra el llamado progresismo; doctrina política y social generalmente orientada hacia un estado de bienestar, defensa de derechos civiles, participación ciudadana y redistribución de la riqueza, siga respaldando a López Obrador y a su movimiento ante decisiones como las que estoy tratando en esta entrega que en el sentido estricto van en contra de la lógica progresista, por lo menos la que yo comprendo? ¡Caramba! ¡Si la Cineteca está llena de “chairos”!

Quizás es tiempo de olvidarnos de filias y fobias y de pensar en un México en armonía, desterrando del gobierno tanto a quien, como a lo que no contribuya a la unión de un pueblo de por sí históricamente dividido, mediando un voto responsable y masivo en próximas elecciones. No vaya a ser que ahora sí nos quedemos, no solamente, sin cultura, sin Cineteca Nacional, sin aviación civil y hasta sin un México en paz.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

Fuente: A21.com.mx

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here