«Con las pistolas no se puede dialogar, nosotros cedimos en todo pero los golpistas se mantuvieron como lo que son, un grupo de fascistas intransigentes», con esta frase calificó la situación Manuel Zelaya desde Managua – Nicaragua.
Las Fuerzas Armadas hondureñas advirtieron, en un comunicado, no sólo que no se responsabilizan de la seguridad del depuesto mandatario, sino que la posibilidad de que sea atacado él o sus partidarios no viene a ser más que un «exclusivo propósito de constituirlos en mártires», por lo que agotada la vía diplomática y transcurridas las 72 horas que le pidió la comunidad internacional, Zelaya finalmente dio a conocer su estrategia.
Este jueves partió de Managua hacia la ciudad de Estelí, a 200 kilómetros de la frontera para desde ahí salir el viernes hacia Ocotal, todavía en suelo Nicaragüense, para intentar en cualquier momento y sin aclarar por donde, acercarse hasta la frontera con Honduras.
Otras fuentes señalan que en esta pequeña localidad organizará un campamento desde el que esperará la llegada de más simpatizantes antes de intentar cualquier intento de traspasar la frontera. Una espera que podría durar varios días. Mientras tanto a pocos kilómetros de la destartalada posta fronteriza de Las Manos, por donde se cree que podría intentarlo, además de a café tostado, tabaco (gracias a la próspera industria levantada por exiliados cubanos) y flores, huele a campamento y se escuchan protestas de los primeros seguidores de Zelaya llegados desde Tegucigalpa bloqueados por tres retenes del Ejército que impiden el paso. Hasta este punto también llegaron refuerzos policiales, encargados de la detención de Zelaya.
Hasta el momento Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) siguen ejerciendo fuertes presiones para parar la marcha de Zelaya a la frontera y para que las dos partes a aceptar la propuesta del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para restituir el orden constitucional en Honduras. «Nuestra recomendación a ambas partes es aprobar el plan de Arias y avanzar», dijo el portavoz del departamento de Estado Philip Crowley.
Después de intentarlo en un avión venezolano hace 20 días, la decisión de Zelaya de emprender su regreso a Honduras llega tras el rechazo de Roberto Micheletti a la última propuesta de 11 puntos formulada por Arias.
El gobierno de facto sigue sin aceptar el regreso de Zelaya al poder, tal y como contemplaba la propuesta, a pesar de que en esta ocasión incluía varios ’candados’ que garantizaban que Zelaya no volvería a intentar ni su reelección, ni convocar una Asamblea Constituyente.
Aeronoticias considera que una restructuración total es necesaria para acabar con tanto desorden y tanta revuelta política en un país tan dañado en los últimos tiempos.