(Aeronoticias): La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos abrió una investigación esta semana sobre lo ocurrido en el vuelo 1722 de United Airlines que unió Hawaii con San Francisco el 18 de diciembre de 2022, cuyos pasajeros prestaron testimonio en diversos medios sobre lo que aconteció a bordo.
Rod Williams II relató que se encontraba sentado cerca de la parte trasera del avión -un Boeing 777- de United con su esposa y sus hijos, cuando el avión comenzó a descender en picada de manera repentina.
El avión, que se dirigía a San Francisco desde Hawái, se encontró en medio de una intensa tormenta. Se presume que el temporal hizo que cayera en picada durante unos ocho o diez segundos, aunque recién el 14 de febrero se comunicó el inicio de una investigaciíon sobre lo ocurrido, que recién tendrá algún tipo de resultado “de dos a tres semanas” más adelante, según el comunicado de la NTSB.
Según Williams, en la cabina de pasajeros del avión se desató el pánico masivo. El avión perdió más de la mitad de su altitud y se quedó a 775 pies (236 metros) del nivel del mar, según FlightRadar24.
“Parecía como si estuvieras subiendo a la cima de una montaña rusa”, declaró Williams a la CNN, y añadió que se dio cuenta de que el avión había descendido a un “ritmo preocupante” durante varios segundos.
El estadounidense de Ohio dijo que fue en ese momento cuando los pasajeros, que al principio intentaban mantener la calma, empezaron a entrar en pánico.
“Hubo muchos gritos en el avión”, detalló. “Todo el mundo sabía que había algo fuera de lo normal, o al menos que aquello no era normal”, agregó, en declaraciones a la CNN.
De todas formas, Williams hizo lo posible para mantener la calma y así evitar que sus hijos y su esposa lo vieran preocupado y se asustaran más.
“Haces todo lo posible por mantener la compostura: obviamente hay niños en el vuelo, nadie sabe realmente lo que está pasando. Pero al mismo tiempo, estás preocupado. No sabes si se trata de un problema”, precisó. “Fue algo fuera de lo normal”, aseguró.
Williams reveló que él y su esposa, sentados a ambos lados de sus dos hijos, compartieron una mirada silenciosa mientras el avión caía en picada.
“Te encuentras tenso, no tienes realmente la oportunidad de hablar o de evocar palabras, sólo estás agarrado al asiento y rezando en voz baja”, recordó sobre lo que pasaba por su cabeza en ese momento.
“Estábamos rezando por un milagro”, añadió.
En declaraciones a la CNN, Williams dijo que los pasajeros no fueron informados de lo cerca que estuvo el avión de tocar el agua.
Recién el pasado domingo se enteró cuando su padre le mostró la cobertura del incidente por Air Current.
“Ahora que sé, estadísticamente, lo que pasó y que estuvimos a 5 o 5,2 segundos de caer al agua, cuento mis bendiciones. Me acuerdo de que cuando mi mujer y yo rezamos juntos antes de los vuelos, hay un Dios que está ahí”, señaló.
Williams aprovechó para agradecer a los pilotos por sus “increíbles esfuerzos de recuperación”.
“Lees sobre estas cosas, pero cuando llegas a experimentarlo, es aleccionador. Estoy muy agradecido de estar hoy aquí”, concluyó.
Ni United Airlines ni la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) indicaron si hubo heridos en el vuelo 1722.
Según informaciones, la caída comenzó un minuto después del despegue.
Fuente: Infobae