El Aeropuerto Internacional “Jorge Chávez”, el más importante del Perú, estaba totalmente infectado por mafias de narcotraficantes en cuyas filas estaban autoridades encargadas precisamente de controlar su seguridad y de impedir que mercaderías ilícitas salgan al extranjero a bordo de los aviones que cubren rutas internacionales.
La opinión pública no sale de su asombro por el grado de corrupción a que se ha llegado al revelarse el escándalo puesto al descubierto y que envuelve nada menos que a 8 oficiales de la aduana aérea, a 5 policías, a una funcionaria de LAN y hasta al Jefe de Seguridad de Lima Airport Partners,(LAP), la empresa privada que tiene en concesión el aeropuerto por 30 años.
Ha sido la DIRANDO, es decir la policía antidrogas, la que ha destapado esta mafia que convirtió al aeropuerto en una verdadera guarida de ratas, a tal punto que nadie puede ya confiar en los funcionarios encargados de velar por el prestigio y seguridad de un recinto internacional donde no se permite que ingresen los periodistas para una labor de fiscalización como realizaron durante más de 30 años cuando funcionaba la Sala de Prensa del Aeropuerto, actualmente desaparecida por Lima Airport Partners (LAP).