(Aeronoticias).- Por medio del transporte terrestre, ferroviario, marítimo o aéreo, se distribuyen frecuentemente los alimentos. ¿Es acaso necesario?
Pepinos provenientes de España en verdulerías alemanas, ensalada proveniente de California accesible en los supermercados de Nueva York, uvas de Sudáfrica a la venta en Europa. La sociedad actual paga mucho en logística principalmente en transporte de carga, marítimo, ferroviario y aéreo. El propósito es abastecer a las personas diariamente de alimentos. ¿No sería mejor producir los alimentos en las ciudades, ahí dónde vive la mayoría de las personas?
Para ello se cuenta con espacio suficiente, comenta Volkmar Keuter, del Instituto para el Medio Ambiente, Seguridad y Tecnología Energética, en Oberhausen. Los techos de algunos edificios en zonas industriales son áreas ideales para la construcción de invernaderos, ya que estos podrían aprovechar el calor producido allí. De igual forma el calor producido en oficinas al momento de enfriar los aparatos de cómputo, podría ser también aprovechada, explica el ingeniero en medio ambiente.
Edificios pueden ofrecer aún más a la agricultura, por ejemplo, fertilizantes. Las aguas servidas provenientes de los edificios contienen nutrientes como fósforo, nitrógeno y potasio que después de ser higienizados pueden usarse como abono. Este proceso supone una gran inversión de capital, pero que a la larga ofrecerá grandes ganancias, asegura Keuter.
Invernadero en el techo de un edificio.
Ahorro de agua y de fertilizantes
La hidroponía, que es el cultivo de plantas en soluciones minerales, permite el cultivo de verduras en los techos de edificios. En estos cultivos, las plantas no crecen en la tierra sino en recipientes, los cuales están rellenos de granulados, fibras o bolillas de arcilla. El agua corre a través de los recipientes tocando las raíces. Un sistema de irrigación envía el agua, la cual sale de un tanque, corre por las raíces y regresa al tanque.
Cultivar sin desperdiciar agua ni fertilizantes.En esta parte del proceso, el agricultor puede controlar el pH y calcular los nutrientes que llegan hasta las plantas sin desperdiciar agua ni desaprovechar fertilizantes. En los cultivos agrícolas tradicionales, los agricultores recurren a fertilizantes, ya que el agua de lluvia despoja a las plantas de sus nutrientes. Los agricultores pueden aumentar hasta veinte veces sus ganancias con la implementación de cultivos hidropónicos, recalca Keuter.
Otra ventaja que ofrece este sistema de cultivo es que las plantas estarán exentas de tierra. Esto es importante ya que la mayoría de los techos no soportan tanto peso. En Alemania existen superficies para esta actividad agrícola. Keuter calcula alrededor de 36.000 hectáreas en Alemania, tres veces más la superficie utilizada para invernaderos en Holanda.
Zonas agrícolas iluminadas con LED
En una superficie de 1000 metros cuadrados se producen alrededor de cuarenta toneladas de verduras al año. Las plantas de los invernaderos que se construyen en el techo de edificios necesitan luz artificial, la cual se puede proporcionar por medio de iluminación LED.
Granja que utiliza sistema hidropónicos.
“Me parece muy bueno que se hable de la agricultura en las escuelas”, comenta el arquitecto Stefan Schmitz. En China comenzó a ocuparse del tema de las ciudades verdes. Schmitz está convencido de la idea de acercar la agricultura a la gente que vive principalmente en las ciudades.
Cosechar y la experiencia de ir de compras
En Estado Unidos y China existen actualmente invernaderos en los techos de edificios. No todos están ubicados en áreas industriales, pero están fáciles de ubicar en las ciudades. Schmitz puso sus ojos en alguno de esos proyectos e identificó que estaban ligados con actividades de tiempo libre. Llegó a la conclusión de que la agricultura urbana es posible. Se trata de proyectos ubicados en superficies planas de las ciudades que podrían concientizar a la población. Existen inversionistas que ven en este proyecto negocios lucrativos. Ir de compras puede ser muy especial: “la gente pasea en los centros comerciales. Mientras la gente compra de lo más normal, en el techo del centro comercial hay invernaderos que ofrecen fruta fresca. Uno puede tomar su canasta y llenarla de alimentos frescos. La gente pagará y el proyecto ganará”. Esto puede funcionar como en los supermercados, pero nada estará empacado sino que vendrá directo de la naturaleza.
Autor: Fabian Schmidt / Georgina Herrera Molina
Redactor: Pablo Kummetz
Fuente: Deutsch Welle