(Aeronoticias).- El hijo del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, Alvarito, envió una extensa misiva al Ministerio de Relaciones del Perú con el título de “Carta abierta a Torre Tagle” donde se declara pesimista sobre el fallo de La Haya respecto a nuestro país, aparte de pretender dictar cátedra a los líderes de la diplomacia peruana.
Alvarito, que es habitual colaborador de diarios chilenos, como La Tercera, que publicó su extensa carta en la portada de su edición de hoy, se permitió aconsejar a los diplomáticos peruanos manifestando que “ que es hora de un gran cambio de mentalidad”, vaticinando enseguida que “ las posibilidades de que el Perú obtenga el triunfo son mínimas”, respecto al diferendo marítimo con Chile que busca marcar una frontera definitiva.
En otro acápite de su extraña carta, Alvarito exige a Torre Tagle “dejar atrás una forma de entender nuestras relaciones exteriores que tuvo mucho sentido en el pasado”, sin detenerse a pensar que los pueblos que olvidan los errores de su pasado están condenados a repetirlos.
Más adelante, el hijo de Mario Vargas Llosa se muestra cual experto cartógrafo y entendido en temas marítimos, que bien podría haber tenido en cuenta el gobierno peruano para su incorporación al equipo que nos representa en La Haya, equipo que – a propósito- Alvarito dice que hará “ el canto del cisne” en ese supremo tribunal.
También se pregunta cuál es la razón para que el Perú no pueda venderle a Chile gas natural y electricidad, inclinándose a favor de lo que en Chile se conoce como “ anillo energético”.
De pronto Alvarito se siente capaz de dirigir la diplomacia peruana y escribe en su “Carta de Torre Tagle” señalando “que rol tan importante podría jugar una Cancillería desprejuiciada en no ser un obstáculo para que Chile y Bolivia lleguen a un acuerdo que voltee la página del eterno conflicto por la mediterraneidad del segundo”.
Enseguida Alvarito manifiesta que el Perú siempre ha vetado “porque el Protocolo Complementario del Tratado de Lima de 1929 nos lo permite” el que Chile otorgue a Bolivia un corredor por el norte de Arica, antiguo territorio peruano, pero que no habrá razón para seguir vetando si, ante un eventual triunfo de Chile en La Haya, este país, ya airoso, decida explorar semejante posibilidad.
Casi al finalizar su carta, Alvarito aconseja dar un impulso mucho más audaz a la Alianza del Pacífico, más dinámico que el MERCOSUR y el UNASUR, descartando las pautas que marcan a los países que integran el ALBA, vaticinado que Chile será el primero en cruzar ese umbral.
Alvarito concluye diciendo que para el gran cambio que propugna “ tenemos que desapolillar “ nuestra mentalidad y que si sufrimos un revés en La Haya, “ no nos abandonemos al rencor, En parte dependerá de ustedes.” Termina dirigiéndose al Cuerpo Diplomático de Torre Tagle.
