El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi está nuevamente en el ojo de la tormenta mediática, respecto a que se destapó una nueva polémica en torno a él y a su –a estas alturas, no tan clarificado- gobierno, ya que la justicia italiana lo investiga a razón de cinco fiestas celebradas en residencias oficiales del primer ministro, en las que pudo existir prostitución y consumo de cocaína.
Gianpaolo Tarantini, es –según informaciones de la prensa italiana, el hombre clave con el que Berlusconi celebró, en sus residencias de Roma y Cerdeña diversas fiestas con una treintena de mujeres reclutadas por este empresario del sur de Italia investigado por una lista de delitos entre los que figura el delito de estafa.
Las grabaciones llevadas a cabo durante la investigación a Tarantini han levantado el último escándalo político relacionado con las fiestas de Berlusconi, después de la publicación hace varias semanas de algunas fotos de las fiestas en las que algunos huéspedes de sus “fiestas” salen desnudos.
Según el abogado de Berlusconi, Nicoló Ghedini, en el caso de que fuera cierto que las chicas hubieran sido pagadas para acudir a las fiestas de Il Cavaliere, Berlusconi era "el usuario final y por tanto en ningún caso punible penalmente”, además Tarantini afirmó que los pagos que hizo a las chicas que acudieron a las fiestas eran "el reembolso de gastos" realizados pero en ningún caso el pago por servicios sexuales.
Además, se sostuvo también que no existían medidas de control del ingreso a las residencias de Berlusconi, ya que sólo hacía falta llamar a Tarantini para poder entrar, pero según esta versión, algunas chicas que participaron en las fiestas pudieron incluso sacar fotos o grabar sonidos durante sus estancias en las residencias del primer ministro, algunos de las cuales las publicaban hoy los diarios La Repubblica y el Corriere della Sera, en Italia.
Del relato de algunas chicas que participaron en las fiestas se deduce que la decisión de no controlar a los participantes en la entrada o dentro de las residencias llegó del entorno del primer ministro.
La Repubblica publica una entrevista con Barabara Montereale, -una de las chicas que participó en las fiestas de Berlusconi- y amiga de Patrizia D’Addario, que el pasado 17 de junio afirmó que por su participación en dichas fiestas recibió 1.000 euros, según el relato de Monterale, alguien pagaba las compras de D’Addario en la boutique de Versace en la conocida calle comercial Via de Corso en Roma.
Además, Montereale se refiere a una conversación grabada en posesión de la Fiscalía en la que D’Addario habla con disgusto sobre cómo Berlusconi la cortejaba "delante de todos los guardias del cuerpo".
En la conversación grabada Montereale le contesta a D’Addario que es "otra como Noemí", la joven de 18 años napolitana a la que se relacionó con Berlusconi, alguien que puede "hacer daño" al primer ministro, asimismo, Montereale asegura que en una de sus estancias en Villa Certosa, la mansión sarda de Berlusconi, la mayoría de las chicas eran de países del este y que estas competían entre sí por la atención del primer ministro.
Aeronoticias considera que es necesaria una exhaustiva investigación al premier Italiano Silvio Berlusconi, en razón a que esta parecer la punta de una oscura madeja que se cierne sobre el mandato del premier italiano, en un capítulo más que demostraría los excesos cometidos por parte de este hacia una nación que confió en él como director de su futuro.