Candidato al Decanato del CAL publica homenaje a todas las abogadas por el Día de la Madre

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(Aeronoticias) El Dr. Julián Palacin Fernández, candidato al Decanato del ilustre Colegio de Abogados de Lima en las elecciones que se llevarán a cabo el próximo sábado 28 de noviembre de 2015 publicó en su facebook https://www.facebook.com/jpalacinfernandez/posts/834313943328353:0 y en su twitter  https://twitter.com/julianpalacinf?lang=es «Carta de un abogado a su madre que está en el cielo y a todas las madres abogadas del ilustre Colegio de Abogados de Lima (CAL)».

El jurista Julián Palacin en su homenaje a las madres abogadas del ilustre Colegio de Abogados de Lima (CAL) dice en su carta:

Querida mamá:

En los próximos días celebramos aquí en la vida terrenal tu día. En las profundidades de mi alma siento un vacío inmenso, porque cuando partiste en el viaje sin retorno, se murió mi inspiración. Mis sueños fueron etéreos y tu ala protectora, me siguió sosteniendo con los principios que me inculcaste de respeto a la mujer y a la madre como fuente de vida. Y en esa lección de valores, es donde aprendí que las dificultades son ventajas disfrazadas, que las frustraciones son los retos para seguir luchando con más tenacidad y entusiasmo y que en cada despertar, la sed insaciable de justicia me debería llevar a la búsqueda de la equidad en la defensa de las causas justas, aunque a muchos les parezcan injustas y que a veces son pérdidas para los más débiles, a ellos nos debemos, porque como tú me inculcaste, “los abogados somos soldados del Derecho, defensores de los niños en peligro y de las mujeres maltratadas”, esencialmente de la familia, que a través de la compañera que Dios nos da, nuestra esposa, madre y abuela es la fuente del amor eterno.

Me enseñaste que defender a los más humildes y a los que menos tienen, era el legado de la estirpe espiritual de varias generaciones que nos convertía en albaceas de obligaciones naturales que nos hacen comulgar con Dios en la justicia y con este legado, con tu sacrificio y tu profesión dando clases de piano, en nuestro barrio de San Eugenio en el Distrito de Lince, conseguiste los recursos para que me educara en el glorioso colegio San Agustín de San Isidro y luego a través del apoyo del INABEC, pude estudiar Derecho en una destacada Universidad extranjera y cumplí con la obligación asumida por mi padre de retornar al país al culminar mis estudios en 1976, revalidando mi título de abogado en la Decana de América, la prestigiosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos y un 28 de setiembre de 1977 incorporarme como miembro al Ilustre Colegio de Abogados de Lima, asumiendo el reto de ser parte de la institución jurídica, creada en 1804 aún antes que se constituyera nuestra República y sin lugar a dudas la más importante del país.

Comencé como el más humilde de los jóvenes abogados, subí a las combis y fui profesor universitario para ganarme la vida y Dios, treinta y nueve años después fue benevolente, me permitió publicar libros de Derecho Aéreo y Espacial, ser invitado a dar conferencias en numerosos países del mundo y contribuir un poco con hacer conocida a nivel internacional la Doctrina peruana de Derecho Aéreo. Todo eso te lo debo a ti, madre adorada, que eres la fuente de inspiración de todos los actos de mi vida.

Es por ello, que tengo una profunda reflexión que quiero transmitir a mis colegas abogados, miembros del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, y es que, el domingo 10 de mayo, debemos rendir homenaje a las casi 30,000 abogadas, madres de nuestro gremio que se levantan todos los días a las seis de la mañana y recorren Fiscalías y Juzgados ganándose el pan con el sudor de su frente, a las maestras universitarias, a las abogadas que laboran en el Poder Judicial y en el Ministerio Público, a nuestras Magistradas y Fiscales, a todas, estas damas maravillosas que Dios las ha bendecido como madres, como esposas, como estirpes y jefes de familia, a ellas que tienen el coraje de luchar por la justicia y que en su rostro percibo y siento el amor de mi madre, a ellas en su día, les expreso mi respeto, mi admiración, y la ternura que todos los abogados, esposos, padres e hijos les daremos ese día. A ellas, nuestro reconocimiento universal. Son nuestras heroínas, nuestras mujeres de la justicia, son las madres de ese Perú mejor, del futuro que estamos tratando de construir y son las mentes jurídicas más brillantes que tiene el Perú y que están allí en nuestro querido y amado Ilustre Colegio de Abogados de Lima en la Av. Santa Cruz 255, Miraflores.

Con profundo aprecio, admiración y respeto a todas nuestras heroínas, las madres abogadas del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, madres del Perú, madres de la justicia, madres del honor y madres de nuestros sueños, de nuestras ilusiones y esperanza por un futuro mejor.

Julián Palacín Fernández


 

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