El canciller chileno, Mariano Fernández, siguiendo las instrucciones de su gobierno, basó su negativa con el pretexto de que las palabras empleadas por el mandatario peruano, Alan García Pérez, en una carta firmada por él y dirigida a todos los representantes diplomáticos y jefes militares que integran la UNASUR, trasuntaba un lenguaje militar,” clásico de un clima de países que están al borde de un conflicto bélico”, conforme declaró para medios periodísticos chilenos..
Evidentemente el jefe de la diplomacia chilena aparentaba ignorar olímpicamente que el clima bélico ,al que hizo alusión, ha sido originado precisamente por su país al llenar sus arsenales de guerra con multimillonarias compras de armamento bélico de última generación para potenciar al máximo al ejército, marina y aviación chilenos, causando zozobra y rompiendo los presupuestos de sus vecinos.
La cita de la UNASUR llevada a cabo en Quito ayer es la segunda consecutiva ( la primera se hizo en Argentina la semana pasada) y tampoco llenó las expectativas para llegar a un acuerdo para llevar tranquilidad y confianza a la región, conforme era el deseo de casi todos los países que la integran porque persisten las dificultades, lo que ha obligado a anunciar al canciller anfitrión ecuatoriano, Fander Falconí, presidente pro témpore de este importante y delicado evento internacional, que se convocaría a una tercera reunión en un lugar todavía no fijado y que probablemente se conocerá luego que termine la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, la semana que viene.