(Aeronoticias).- El ex presidente argentino, Jorge Rafael Videla, El general Luciano Benjamín Menéndez y otros 14 asesinos fueron condenados por la justicia argentina a cadena perpetua. Deben cumplirla en una cárcel común, en donde cada uno de los días que le quede de vida deberán pagar por las torturas, asesinatos, robos de bebés y otras atrocidades que cometieron desde 1976 en la República Argentina.
Esta condena por el secuestro, tortura y fusilamiento a 31 presos políticos. Una gran multitud siguió el fallo en las afueras del Tribunal, en donde se percibía una sensación nauseabunda contra estos ex militares que mancharon su uniforme, su institución y la historia argentina.
El Tribunal Oral Federal 1 de la ciudad de Córdoba dio a conocer ayer miércoles la sentencia contra Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y otros 14 ex represores por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. Los militares fueron condenados a prisión perpetua y deberán cumplir su pena en un cárcel común.
En cuanto al fallo en particular, los ex represores fueron condenados al ser encontrados responsables del secuestro, tortura y fusilamiento a 31 presos políticos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en la Unidad Penitenciaria 1 entre abril y octubre de 1976. Además a Videla se lo encontró penalmente responsable de los delitos de imposición de tormentos, homicidio calificado y tormentos seguidos de muerte durante la dictadura.
Entre las personas que estuvieron presentes en el juicio pudo verse al secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde y al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Fuera del tribunal el fallo fue seguido por una gran multitud con carteles y banderas, quienes rompieron en llantos y abrazos cuando se dieron a conocer las condenas.
Aeronoticias considera que la dictadura argentina, que tomo el poder el 24 de marzo de 1976, estuvo integrada por una banda de delincuentes violadores del derecho humano a la vida, ya que trasgrediendo el orden jurídico en vez de juzgar a sus enemigos políticos y condenarlos en el caso de que hubieran cometido delito de acuerdo al Código Penal argentino, los secuestraban, los torturaban, los asesinaban y en muchos casos los drogaban y los arrojaban vivos desde aeronaves, que volaban a 3,000 pies de altura.
No existe justificación política para asesinar, quienes desde el Estado Argentino lo hicieron o fueron cómplices por acción u omisión son responsables, la historia y el país y la sociedad internacional ya los está juzgando, son culpables como lo son también aquellos que desde la clandestinidad y con ideas marxistas asesinaron a muchos oficiales, la violencia que vivió ese país fue espantosa.
Creemos que estos asesinos no entrarán al cielo.