«Siento Michelle que con el abrazo que nosotras nos hemos dado, pero también con las cosas que hemos acordado, estamos protagonizando otro cruce de los Andes», expresó la mandataria argentina, tras firmar con su par chilena el Tratado de Maipú de Integración y Cooperación, complementario al Tratado de Paz y Amistad de 1984. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró este viernes que, junto a su par de Chile, Michelle Bachelet, están «protagonizando otro cruce de los Andes» en relación a los estratégicos acuerdos de integración y cooperación firmados este viernes en Maipú entre ambas mandatarias, en una histórica ceremonia.
La presidenta argentina evocó que el cruce que protagonizó José de San Martín «fue para liberar a los pueblos» y señaló que «este cruce, que significa la constitución de las comisiones binacionales para el paso de Aguas Negras y el Trasandino constituye otro cruce de los Andes, por abajo, para abrir potencialidades que posibilite mejores condiciones de vida para los pueblos». Fernández de Kirchner se refirió así a la firma de los protocolos complementarios al Tratado de Maipú, que están destinados a determinar la factibilidad y eventual desarrollo de los proyectos «Túnel Internacional Paso de Agua Negra» y «Túnel de Baja Altura-Ferrocarril Trasandino Central».
«Aquel cruce selló la libertad. Este cruce quiere sellar el derecho a la igualdad de nuestras sociedades y amistad entre los pueblos», dijo Cristina durante el acto que se desarrolló en el Templo Votivo de Maipú, erigido en el mismo lugar donde se libró la batalla de Maipú. Para la jefa de Estado, «construir una región de paz, prosperidad e igualdad debe ser el objetivo de los que gobernamos en nombre de principios como la igualdad y la independencia económica de los países».
Aeronoticias considera resaltar que, en tanto, Fernández de Kirchner señaló que «si aquel cruce fue hecho por dos hombres para hacer la guerra juntos, una guerra justa por la libertad y la independencia, también es simbólico y justo que la tarea de la igualdad y la amistad esté a cargo de dos mujeres». «Las mujeres, como muchas minorías en todas las sociedades, siempre hemos visto afectada nuestra igualdad. Esta noción de la igualdad de oportunidades también quiero reivindicarla hoy», añadió.
Afirmó también que el acuerdo firmado «es un punto de partida para construir el cruce de nuestra cordillera y será recordado, no por vocaciones protagónicas nuestras, sino como una contribución a una mejora de la historia para nuestros pueblos». Para finalizar, Cristina honró la memoria de San Martín y O`Higgins, recordó que los unió «el destino trágico de morir lejos de su Patria, por la que dieron su vida y lucharon siempre» y señaló: «parece un destino común en los grandes libertadores de América».
Al respecto, mencionó que en su visita a la Corte Suprema chilena alguien dijo `No queremos que ninguna (de las dos mandatarias) se vaya al exilio`», a lo que añadió: «si tenemos que irnos al exilio para quedar en la historia como ellos, yo no dudaría un solo instante». Por su parte, Bachelet dijo en su discurso estar convencida de que «la conciencia de la historia compartida entre Chile y Argentina amplía y enriquece la visión sobre cada una de nuestras naciones, porque cada trayectoria nacional es tal vez algo incomprensible sin conocer la otra».
«Esa historia que une pasado, presente y futuro tiene fundamento en nuestra cooperación e integración en América del Sur», remarcó la mandataria trasandina. Señaló asimismo que «hubo un momento de mucha tensión (en la relación entre los dos países) pero también podemos decir con orgullo compartido que el conflicto nunca llegó a materializarse y que finalmente las divergencias se resolvieron de acuerdo y sobre la base del derecho internacional» Ambas presidentas fueron recibidas en Maipú por la orquesta juvenil de esa ciudad, ubicada a unos 40 kilómetros de Santiago, y sus integrantes tocaron la Cumparsita y el tema «Cambia todo cambia», mientras las mandatarias cantaban a dúo, aplaudían y se sacaban fotos con los chicos.
Luego del acto de firma, se dirigieron a la residencia del embajador argentino Gines González García en Santiago, donde la presidenta argentina agasajó a su par con un almuerzo.