Se ha propuesto desde Lima un proyecto para que el aeropuerto de Cusco reciba vuelos nocturnos, a pesar de que el Velasco Astete no posee un sistema de aislamiento de sonido, que sufre serios riesgos por sus limitaciones técnicas y climáticas, y que se ubica en medio del casco urbano.
El MTC desembolsó actualmente más de 69 millones de soles para mejorar la pista del aeropuerto Velasco Astete y para instalar luces para que se pueda operar por las noches. Hace dos semanas, esto produjo marchas de los vecinos de San Sebastián, San Jerónimo, Wanchaq, Oropesa y Lucre, los más afectados por la ubicación del aeropuerto.
El gobierno regional manifestó al MTC su preocupación: las mejoras del terminal debían implicar la permanente postergación de un nuevo aeropuerto para el Cusco. Pero ya han pasado tres décadas de este pedido y aún no se sabe dónde se ubicará.
Hoy la Comisión de Transportes del Congreso debatirá la reubicación del aeropuerto de Cusco. Jean Paul Benavente, gerente de Desarrollo Económico del Cusco, explicará a los congresistas que en el 2013 —según proyecciones moderadas— 1’968.961 turistas visitarán el Cusco, por lo cual se requiere aumentar el número de operaciones aéreas de 45 a 72, lo que no es viable.
Benavente informó, “pero no podemos jugar con el riesgo que eso implica para pasajeros y población”. Si no se puede atender esa demanda de 700 mil visitantes más para el 2013, el sector turismo perdería unos US$250 millones al año.
Este problema ya tiene 30 años de antigüedad. En ese entonces se hablaba de construir un nuevo aeropuerto en la pampa de Anta, cerca del pueblo de Chinchero, ubicado a media hora del Cusco. Leyes y proyectos pasaron a montones, pero no se ha avanzado nada aún. Por si fuera poco, los proyectos de viabilidad no eran convincentes.
Recurrirán al estudio que ya ha desarrollado la Universidad San Antonio Abad del Cusco en la zona de Ocoruro, en la provincia de Paruro.
Este documento indica las ventajas que tiene este sector frente a Chinchero: licencia social, menor impacto ambiental, mejores condiciones de los vientos. De elegir estas pampas, a 4.200 m.s.n.m., el aeropuerto del Cusco se convertiría en el más alto del mundo después del de Tíbet.