El culebrón en torno al referendo griego sobre el programa de rescate europeo robó el guión de la cumbre del G-20, la reunión de líderes de países industrializados y emergentes, de por sí atribulados ante el peligro de una nueva recesión mundial.
Evitar que se vuelva a repetir una crisis como la que vivió el mundo en el 2008 es el principal objetivo de la cumbre en la ciudad costera de Cannes, que fue inaugurada oficialmente por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, cuyo país ostenta la presidencia en turno del G-20. Los países con un alto déficit, entre ellos Estados Unidos y algunos países europeos, pero también aquellos con un superávit desmedido en su balanza de pagos, como es el caso de Alemania, China y otras potencias emergentes, deberán esforzarse por buscar un equilibrio. Dichos desniveles macroeconómicos son considerados como un gran factor de riesgo para la economía mundial.
El mandatario galo apareció flanqueado en la mesa de trabajo por la canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente estadounidense Barack Obama, con quienes sostuvo las primeras conversaciones por la mañana del jueves. “Lo más importante es superar la crisis aquí en Europa”, dijo el mandatario estadounidense y añadió que la Unión Europea ha dado pasos importantes hacia una solución extensa de la crisis.
Durante sus conversaciones con la canciller Merkel, Obama se mostró dispuesto a que los mercados financieros participen más en los costos de la crisis. Según fuentes gubernamentales de Berlín, se habló de varias posibles vías y hay confianza en encontrar una solución. El encontrar consenso con Estados Unidos y los países emergentes en torno a una regulación de los mercados financieros es una de las prioridades de Berlín en la cumbre del G-20. El cese del bloqueo de Estados Unidos a un impuesto a las transacciones financieras y otras medidas para regular los mercados podría ser el inicio para encontrar un consenso en el seno del G-20, donde otras naciones como China y Gran Bretaña hasta ahora se oponen.
De cara al vigoroso movimiento estadounidense de protesta contra la voracidad de los mercados financieros, al que se han sumado ciudadanos europeos, los líderes reunidos en Cannes no pueden hacer de la vista gorda.
Parte de la regulación financiera es tomar medidas contra instrumentos altamente especulativos, entre ellos fondos Hedge y de capitales, que hasta ahora operan sin ningún control, pese a que por su fuerza especulativa suponen también un serio peligro para el sistema financiero internacional.
Según el Foro de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board, FSB), creado en el 2009 para coordinar la regulación de los mercados financieros, el volumen de operación de dichos fondos aumentó en 140 por ciento del 2002 al 2009 y actualmente mueve un capital estimado en unos 60.000 millones de dólares. Según estimaciones de la misma entidad, esos fondos controlan entre tanto entre un 25 y un 30 por ciento de las transacciones monetarias a nivel global.
Los líderes de los poderosos países emergentes denominados BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) más Sudáfrica, se reunieron para analizar la situación económica actual y las demandas de ayuda de Europa, que necesita respaldo en el financiamiento de su fondo de rescate.
“Hemos intercambiado puntos de vista sobre la situación económica y sobre la crisis de deuda europea”, dijo el presidente chino, Hu Jintao, al término de la reunión. El mandatario chino manifestó su esperanza de que el plan europeo corrija las actuales dificultades en el Viejo Continente. “Europa es la mayor economía del mundo y no habrá una recuperación económica global sin una recuperación económica europea”, dijo el presidente
Otra de las prioridades de la cumbre es fortalecer a las instituciones financieras relevantes para el sistema financiero. Unos 29 bancos deberán recapitalizar sus activos, elevando su capital propio para que sean menos vulnerables a las turbulencias como la provocada por la crisis de la eurozona.
Como en la primera cumbre de Washington, hace tres años, cuando el G20 se convirtió en el principal foro de discusión económica mundial, ahora intenta responder a los nuevos desafíos. Se espera que de esta cumbre surga un compromiso de las naciones emergentes para ayudar a las naciones industrializadas.
Entre las medidas que se esperan es la petición a los emergentes que dejen de frenar la apreciación de sus monedas y que fomenten el consumo interno, en vez de priorizar únicamente el aumento de sus exportaciones. Eso permitiría crear un equilibrio entre economías emergentes, que acumulan fuertes superávit en su cuenta corriente, frente al déficit creciente de numerosos países industrializados.
Autora: Eva Usi
Editor: Pablo Kummetz
Fuente: Deutsch Welle