(Aeronoticias) Disfrutar de una refrescante copa de champagne de Dom Pérignon o de un intenso tinto Premier Grand Cru Classé de Château Figeac es posible en un vuelo de la aerolínea Emirates. Y todo gracias a los 500 millones de dólares que ha invertido la compañía en su bodega.
Fue hace dos años cuando esta aerolínea con sede en Dubai inició su programa de vinos. Los comienzos fueron complejos e incluso los vinicultores franceses más tradicionales no confiaban en que su mimado caldo pudiera mantener su esencia a 30.000 pies de altura. Sin embargo, en la actualidad Emirates posee una de las mejores listas de vinos en el cielo. Joost Heymeijer, vicepresidente senior que dirige el servicio de catering en línea de Emirates, dice que los clientes tienen a su disposición alrededor de 70 diferentes tipos de vinos.
El arma secreta de la compañía es un grupo indeterminado de almacenes que posee en Borgoña, Francia. Muchos de los vinos servidos en un vuelo de Emirates fueron comprados hace años, y se almacenan hasta que estén listos para servir. Se trata de un lugar moderno, controlado por la temperatura y privado de luz, que almacena 3,75 millones de botellas de vino en su embalaje original.
Tim Clark, el presidente de Emirates, quería que su lista de vinos fuera elemento de distinción. Así que la aerolínea tomó la decisión de asociarse con MMI y comprar lo más directamente posible a los comerciantes y viñedos, y en cantidades más pequeñas.
Para degustar esta exclusiva bodega, la aerolínea dispone de copas de champán más grandes en lugar de la flauta tradicional, también para los blancos y tintos. Además, los vinos no se sirven de una botella sino que se decantan en una jarra personal. Además, Heymeijer sostuvo que la aerolínea está trabajando constantemente desde una perspectiva de ingeniería para proporcionar una mejor humedad y presión de aire en sus cabinas.
Fuente: El Economista
