Se cree que los cometas como el Wild 2, que recibe su nombre del astrónomo Paul Wild, contienen granos bien conservados de material que data del principio del sistema solar, hace miles de millones de años, y que podrían contener pistas sobre la formación del Sol y los planetas, la detección inicial de glicina, el más común de los 20 aminoácidos en las proteínas de la Tierra, se conoció el año pasado, pero los científicos tardaron cierto tiempo en confirmar que el compuesto en cuestión era de origen extraterrestre.
«No podíamos estar seguros de si provenía del proceso de manufactura o del uso de la nave», dijo la astrobióloga Jamie Elsila, del centro espacial de vuelo Goddard en Greenbelt, Maryland, la principal autora de la última investigación. La científica presentó esta semana los descubrimientos, aceptados para su publicación en la revista Meteoritics and Planetary Science, durante una reunión de la American Chemical Society en Washington, DC.
«Hemos visto aminoácidos en meteoritos antes, pero ésta es la primera vez que son detectados en un cometa», dijo la experta. Las cadenas de aminoácidos se enlazan para formar moléculas de proteínas en elementos que van desde el aire a las enzimas que regulan las reacciones químicas dentro de los organismos vivos.
Pero los científicos han tratado durante mucho tiempo de descifrar si esos complejos compuestos orgánicos se originaron en la Tierra o en el espacio. Los últimos descubrimientos dan crédito a la idea de que los objetos extraterrestres como los meteoritos y los cometas podrían haber «plantado las semillas de la vida» en la Tierra, y otros planetas, con materiales básicos formados en otro lugar del cosmos.