Escándalo en Facebook, “la invulnerable”

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(Aeronoticias).- Facebook encargó una campaña sucia contra Google. El tiro le salió por la culata. Pero el mayor portal del mundo no se inmuta y continúa operando como siempre.

Facebook tiene un valor de bolsa de unos 50.000 millones de dólares. La red social cuesta más que BMW o el Deutsche Bank. Sin embargo, no produce nada en sentido clásico. Su valor radica en su tesoro de datos, que le han confiado 600 millones de miembros. Sin embargo, esaa confianza de los usuarios no es correspondida con un manejo confidencial de la información.

Varias veces ha ocupado ya Facebook los titulares debido a un manejo excesivamente laxo de la protección de datos. Recientemente, la empresa de seguridad informática Symantec reveló que probablemente empresas de publicidad online hubieran podido recurrir durante años a datos de usuarios del mayor portal mundial. Por suerte, agregó, muchas no se dieron cuenta.

Problemas con una campaña sucia
Facebook experimenta ahora un nuevo desastre de relaciones públicas: ha tenido que reconocer que urdió una campaña mediática contra su rival Google. Y justamente acusando a Google de violar la esfera privada de sus usuarios. Lo problemático: Facebook –que dice operar siempre con la mayor transparencia– quería permanecer en el anonimato.

Facebook encargó a la renombrada empresa de relaciones públicas Burson-Marsteller difundir entre blogueros y periodistas historias que dejaban mal a Google. A luz salió la maniobra cuando el bloguero  Christopher Soghoian no sólo rechazó la oferta de Burson-Marsteller, sino que publicó además en la red el intercambio de emails con la agencia. Según se desprende de esa correspondencia, la empresa estaba dispuesta tanto a proporcionar material para un comentario crítico del bloguero como también a asumir su difusión a través de grandes empresas mediáticas. En el escenario planeado, Facebook iba a quedar como la víctima inocente de la furiosa recolección de datos de Google.

El objetivo del ataque fue “Social Circles”, una nueva oferta de Google. El programa organiza el entorno de red de un usuario a través del acceso a las redes sociales a las que pertenece. Google lo define así: “Social Circles le ayuda a descubrir contenidos relevantes de sus amigos y contactos en línea… Por ejemplo un comentario en línea sobre una película de un desconocido es útil, pero un comentario de su mejor amigo puede ser mejor”.
Para lograrlo, Google hace lo que mejor sabe hacer: recolecta y procesa datos automáticamente, también los datos públicos de los usuarios de Facebook. La técnica se llama “scraping” o “harvesting”.

No veo, no escucho, no hablo
Quien es miembro de Facebook no tiene otra alternativa que revelar muchos de sus datos, empezando por su nombre y sexo. En la inscripción al servicio, Facebook induce, con la “configuración recomendada”, a hacer accesible incluso mucha más información, no sólo a los “amigos”, sino a todo el mundo: notificaciones de estatus, fotos, biografía, familia. Marc Zuckerberg, el creador de Facebook, opina que todo ello debe ser de dominio público. Lo que no le gusta a Facebook es que Google “coseche” esos datos.

Con su campaña sucia, a Facebook le salió el tiro por la culata. Expertos estiman que igualmente no le causará mucho daño. Facebook parece estar casi indisolublemente ligada a la web 2.0. Y parece confiar en que la gente se haya olvidado del disgusto dentro de un par de semanas. Sólo así puede explicarse la estrategia de comunicación de la empresa: decir lo menos posible y continuar como hasta ahora. Autor: Matthias von Hein / Pablo Kummetz. Fuente: DPA

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